Meses atrás, un sonado caso ocurrido en nuestra ciudad dio la vuelta al mundo por la gravedad y conmoción que ocasionó: aquel intercambio de bebés que provocó que dos madres parturientas se fueran a su casa con un hijo que no les correspondía y que por una mera causalidad se llegó a saber, esto aconteció en el hospital regional más importante de Arequipa.

Un año después de darse este penoso incidente, otro hecho originado en el mismo hospital Honorio Delgado Espinoza seguramente volverá a dar la vuelta al mundo para el lamentable desprestigio de la ciudad y del sistema de salud, y es que, como es sabido, esta vez el cuerpo sin vida de una bebé fue confundido entre las sábanas y terminó en la lavandería del nosocomio, aumentando aún más el dolor de los padres y la preocupación de los arequipeños.

Es sabido que el Honorio Delgado tiene muchas falencias, tales como la falta de presupuesto, de recursos materiales y humanos y hasta de la enorme corrupción que se mueve dentro de esta institución que es bastante conocida por la comunidad, dicho sea de paso. Sin embargo, a todo ello también debe de agregarse la carencia de organización, diligencia y profesionalismo que sus trabajadores, personal médico y personal administrativo siguen evidenciando.

Tras este último escándalo, es urgente que se tomen medi-das firmes y drásticas al interior del sanatorio, y ello no pasa únicamente por encontrar a los responsables e imponer sanciones, sino también por reestructurar su funcionamiento.