Por años las ciudades de frontera, como Tacna en el sur (con Chile), Tumbes en el norte (con Ecuador) y Puno en el sur (con Bolivia), han necesitado mayor presencia del Estado.

Los ofrecimientos de los diferentes gobiernos para potenciar estas localidades son innumerables y quedaron arrinconados.

Es decir, se mató la ilusión de pobladores que confiaban recibir del Estado asistencia mínima para desarrollarse como urbes ordenadas con -al menos- servicios básicos y tener incentivos para la instalación de empresas.

El presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, acaba de visitar Tacna, donde recibió una serie de pedidos de las autoridades locales para poder seguir creciendo.

Uno de los principales problemas que agobian a esta ciudad de frontera es la falta del recurso hídrico, y desde hace años se habla de proyectos para solucionar dicho déficit; sin embargo, poco o nada se avanzó.

El jefe de Estado ha comprometido una serie de medidas para poder reflotar la agonizante Zona Franca de Tacna (ZofraTacna), la misma que lucha para no desaparecer.

En la actualidad, la ZofraTacna, como señala el mismo PPK, “es una pampa inmensa” que está “medio vacía” debido a restricciones para su crecimiento.

Son ofrecimientos que deberían cumplirse si realmente el gobierno central tiene políticas para potenciar las ciudades de frontera en el país, donde también viven miles de peruanos que deben ser parte de esa inclusión del desarrollo integral que se busca en el Perú.