Después de dos años de la pandemia que ha impactado dramáticamente en los aprendizajes y el bienestar socioemocional de los estudiantes del mundo (con diferentes niveles de afectación), nos encontramos frente a una situación educativa poco habitual y desafiante. Este año se ha regresado a las clases presenciales (en Perú los primeros días de mayo) en los niveles de educación Inicial, Primaria y Secundaria. Por eso, corresponde a nuestros países reflexionar y hacer propuestas sobre los antecedentes, situaciones actuales y desafíos futuros.

Por ello, hay que poner atención prioritariamente a tres líneas : Formar a las personas para transformar la educación y la sociedad, con lo que se busque conocer cómo ser actor del cambio educativo desde el lugar en el que cada quien se encuentra y cómo aprender de otros si tenemos en cuenta la diversidad de contextos en los que se hallan las escuelas.

Igualmente, se necesita hacer un balance de lo cognitivo-intelectual con énfasis previo del bienestar socio-emocional de nuestros estudiantes; en un enfoque holístico y diverso de las personas, con la mediación pedagógica del docente y en el cual la Tutoría y Orientación Educativa está íntimamente vinculada a la gestión curricular y escolar

Finalmente, debemos considerar el factor digital como impulsor de un nuevo modelo pedagógico, con el fin de encontrar una ruta para la mejor selección e integración de las tecnologías y los recursos digitales dentro y fuera de los planteles, considerando las características diversas en que se encuentran las escuelas.

Estos asuntos se trataron virtualmente con mucha participación en el II Congreso Internacional “La innovación para la mejora y transformación de la escuela” organizado por la Universidad Internacional de La Rioja (España) el 22, 23 y 24 de octubre. Hubo ponencias y conversatorios con educadores y expertos afines, y participaron más de 2 mil profesionales de la educación de Perú, América y España.