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La prisión preventiva de los empresarios vinculados con los casos de corrupción, así como las intervenciones realizadas a varias empresas por el caso del “Club de las Constructoras”, le han dado a jueces y fiscales una exposición mediática atípica, que según la última encuesta de Ipsos se ha traducido en una aprobación al Ministerio Público del 31% y al Poder Judicial de 26%, ambas mayores a las del Gobierno y del Congreso (23% de aprobación en ambos casos, según la misma encuesta).

Es peligroso que la aprobación del Ministerio Público y del Poder Judicial provenga de la gran exposición mediática que generan ciertos casos emblemáticos y de la opinión que en la población produce, más aún si no tiene claridad de cómo funcionan estos procesos.

Por ejemplo, la excarcelación de dos empresarios vinculados con el caso de la Interoceánica puede ser considerado como extraña por gran parte de la población, dado que el pedido de prisión preventiva se hizo efectivo hace poco tiempo y no parece razonable que sea revocado tan rápido, generando sentimientos encontrados en la población.

Otro aspecto a destacar es que esta visibilidad mediática puede generar réditos personales para algunos jueces y fiscales, exposición que puede capitalizarse dentro de su institución, o incluso iniciando una carrera política, a mediano o corto plazo.

Como vemos, la búsqueda de exposición resulta muy atractiva. Sin embargo, esto puede ser al mismo tiempo algo negativo y peligroso, pues puede llevar a jueces y fiscales a decisiones abusivas e injustas, aun siendo estas legales. El recurso de prisión preventiva es uno de estos casos. Para gran parte de la población, esta es (de algún modo) una declaración de culpabilidad -más allá de las conclusiones que después resulten del proceso-, incluso si los inculpados son declarados inocentes (a ojos de la sociedad siguen siendo culpables).

El caso “Lava Jato” está recién comenzando. Por su envergadura, y por las personalidades involucradas, será un caso sumamente mediático. Esperemos que el Poder Judicial y el Ministerio Público permanezcan alejados de la tentación de tomar decisiones que los conviertan en jueces superstar.