Un efecto pernicioso de la corrupción es la parálisis en la toma de decisiones públicas. Los funcionarios dejarán de decidir y los que lo hagan dirán que “no” ante cualquier problema. Por ello aumentarán los juicios y arbitrajes para que terceros decidan y todo demorará mucho más en cualquier trámite, hasta el más sencillo.

Se cuestiona a funcionarios públicos de facilitarle las cosas a un presidente que supuestamente recibió coima, algo que obviamente solo lo sabían él y quien le facilitó la cuenta para depositarla. ¿O es que cuando un presidente recibe una coima lo participa a todos los que trabajan en el Estado? Los abogados pagaremos caro por nuestras opiniones legales, pues todas estarán vistas como puertas hacia la corrupción y los verdaderos coimeros seguirán haciendo de las suyas, como siempre.

Los funcionarios no querrán participar en nada y menos opinar, la verdad es que “calladito te ves más bonito”, no importa que las cosas no se resuelvan. ¿Qué estudio de abogados querrá dar opinión legal para que años después le digan que le abrió la puerta a la coima?