En la encuesta Pulso Perú publicada esta semana, se muestra que en agosto de 2016 el 45% pensaba que PPK haría un buen gobierno y el 5% que su gobierno sería malo. En agosto de este año, solo el 14% piensa que PPK hará un buen gobierno y el 25% piensa que será un mal gobierno. Esta cifra no nos sorprende después de este primer año de performance en el poder de Peruanos Por el Kambio. Debemos reconocer que circunstancias como la permanente oposición en el Congreso, el caso “Lava Jato”/Odebrecht y El Niño costero son circunstancias que justifican algunos de los resultados; sin embargo, el cambio de percepción de la población con respecto a los resultados del Gobierno permanece. Más preocupante que la cifra en sí es la consecuencia que esta nueva percepción oculta, y es la gran frustración que se está instaurando en los empresarios y gerentes del país. Las personas que tienen cargos directivos altos saben que lidiar con el Estado para sacar adelante a las empresas es una tarea titánica, no solo por la poca eficiencia del aparato estatal, sino porque muchas de las personas que han ocupado los cargos ministeriales en anteriores gobiernos no tenían la capacidad o la voluntad política para ayudar a las empresas a progresar.Con el triunfo de PPK en las últimas elecciones, y el nombramiento de un gabinete de corte técnico, las expectativas que se generaron en el empresariado con respecto al funcionamiento del Estado fueron muy altas, llegando a su mayor nivel -posiblemente- durante el CADE del año pasado. No obstante, los meses siguientes les mostraron a los empresarios que trabajar con este gobierno es tan complejo y poco eficiente como con los anteriores, a pesar de que las capacidades de los funcionarios que hoy tienen estas responsabilidades son claramente mayores que aquellas de anteriores gobiernos. Esta situación actual está generando una frustración en el empresariado, afectando las expectativas y con ello el buen desempeño de la economía en los próximos años. Muchos comienzan a preguntarse si es viable un país en el que los peruanos más capaces no pueden hacer un gobierno que realmente se diferencie de los anteriores, por ello urgen que el Ejecutivo muestre cambios y resultados.