Tal como señaló anoche la ministra de Justicia y Derechos Humanos, Marisol Pérez Tello, la presencia del prófugo expresidente Alejandro Toledo en Nueva York, donde dio una conferencia a pesar de tener dos órdenes de captura en su contra y pese a que se le busca para ser extraditado al Perú, ha sido indignante, pues es una burla hacia los peruanos de quien es acusado por la Fiscalía de haberse llenado los bolsillos con dinero sucio, principalmente de Odebrecht.

Lejos de ponerse a derecho y aclarar las graves denuncias que pesan en su contra por presuntamente haber recibido 20 millones de dólares de la empresa corruptora Odebrecht y por la compra de valiosas propiedades inmobiliarias con dinero jamás justificado, Toledo ha insistido en hablar, a través de su cuenta en Facebook, de “persecución política”, a pesar de no exhibir el menor argumento para sostener esa tesis.

Pérez Tello ha dicho anoche también que el Estado peruano está haciendo todos los esfuerzos ante su par de Estados Unidos para lograr la extradición del prófugo exmandatario. Sin embargo, la aparición pública de Toledo en Nueva York, donde incluso se dio un tiempo para autografiar libros y sonreír a las cámaras, más parece un desafío a la justicia peruana que lo reclama por graves delitos de corrupción cometidos durante su periodo presidencial (2001-2006). Recordemos que en el Perú figura en la lista de “los más buscados” del Ministerio del Interior.

Queda claro que Toledo no tiene la menor intención de ponerse a derecho, por lo que el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, quien fue su ministro en dos oportunidades, tiene que hacer todos los esfuerzos necesarios para traer por fin al exmandatario, a fin de que responda por los millones de dólares que no ha podido justificar y deje de causar indignación en el país.