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“Nosotros no vamos a ser un Congreso que obstruya, vamos a ser un Congreso responsable”, ha prometido Luz Salgado, la virtual presidenta del Parlamento con mayoría fujimorista que se instala en los próximos días para el respectivo periodo anual de funciones.

El Perú entero le toma la palabra a la experimentada legisladora de Fuerza Popular y hace votos para que sus compañeros de partido (Becerril y Spadaro, por ejemplo) tengan la misma perspectiva. Ya es hora de privilegiar los intereses nacionales y postergar las rencillas políticas o demandas particulares.

Debe entenderse de una buena vez que sería perjudicial para la vida nacional un enfrentamiento desde el saque entre los poderes Legislativo y Ejecutivo. Si cada uno cumple su papel constitucional y no cultivan la intolerancia como premisa funcional, el país puede salvar este escenario de que el partido de gobierno, Peruanos Por el Kambio, tenga apenas 18 representantes y la principal agrupación opositora, Fuerza Popular, 73.

¿Y cuáles son las funciones del Congreso? “La representación de la Nación, la dación de leyes, la permanente fiscalización y control político, orientados al desarrollo económico, político y social del país, así como la eventual reforma de la Constitución y otras funciones especiales”.

Por ningún lado dice hacerle la vida imposible al presidente electo o poner trabas al pedido de delegación de facultades legislativas para enfrentar problemas tan urgentes como la inseguridad ciudadana.

La afirmación de Luz Salgado queda anotada.