A finales de julio de este año, las bancadas políticas presentes en el Parlamento demostraron la flexibilidad necesaria para contribuir con la gobernabilidad del país. A pesar de las intensas críticas provenientes de la izquierda caviar, se logró conservar una mayoría del bloque democrático en la Mesa Directiva del Congreso, aunque esto haya implicado la inclusión de Perú Libre en dicha directiva. En este contexto, el acuerdo se basó en consideraciones políticas centradas en la estabilidad entre los poderes del Estado, prevaleciendo sobre los intereses partidarios.
No obstante, desde esta perspectiva, fuimos muy críticos respecto a la designación del congresista Alejandro Soto (APP) para la Presidencia del Congreso, debido a los cuestionamientos divulgados por la prensa.
Por otro lado, es inaceptable la conducta individual de la tercera vicepresidenta, que perjudica significativamente al colectivo congresal y a la ya limitada aceptación que la población tiene del legislativo. Para empeorar las cosas, el Pleno del Congreso archivó una moción de censura presentada contra la congresista Rosselli Amuruz, precisamente por estar involucrada en un escandaloso incidente. Una congresista y más aún, siendo miembro de la Mesa Directiva, debe exhibir un comportamiento digno y mesurado por su propia condición de ostentar un cargo especial y público. Las consecuencias de este hecho se harán evidentes en las próximas semanas.
Era imperativo, que los líderes políticos antepongan la consolidación de la institucionalidad del Congreso por encima del destino de sus correligionarios. No obstante, han optado por minimizar el tema y pasarlo por alto. El Bloque Democrático debió persuadir a Avanza País para que su representante en la Mesa Directiva diera un paso al costado.
En el corto tiempo y, como es habitual, el Parlamento será utilizado como chivo expiatorio para exonerar al Ejecutivo de las críticas que recibe. Con todo esto, la Mesa Directiva del Congreso, que se encuentra debilitada y con baja aceptación popular, se ha colocado innecesariamente en una posición vulnerable. ¡Tras bambalinas, la izquierda caviar se frota las manos!