Santa Clara-Cuba: Fidel murió el martes 6 de enero del 2015 en su cama. Si bien por años apareció en público con su uniforme verde olivo, barbado y fumando un habano; nunca fue un gran combatiente. Su cuerpo está en un freezer esperando el mejor momento político para anunciar su deceso.

Seguro que ya se encontró en el más allá con dos seres que utilizó para llegar al poder y que su revolución utilizó como imagen de lo que debería ser un verdadero revolucionario: Camilo Cienfuegos y Ernesto “Che” Guevara. A los dos los mandó matar. A los dos los desapareció del mapa, pues no soportaba la competencia de gente que tenía escrúpulos y principios. Sin embargo, no dudó en utilizar su imagen y memoria en provecho propio.

En la plaza de La Revolución en La Habana uno ve la silueta de Camilo y el “Che” en las paredes de los ministerios. Es en esa plaza donde Fidel acostumbraba a dar sus maratónicos discursos para decir nada.

El cadáver de Camilo Cienfuegos desapareció con el avión FAR-53 que lo traía de Camagüey a La Habana por un ukase de Fidel (28/10/59). El “Che” murió abandonado en La Higuera, Bolivia (9/10/67). Murió huérfano de apoyo del PC Boliviano que se negó a participar por orden de Fidel y Moscú. El “Che” se estaba acercando a los chinos maoístas: tenía que morir. Y con él murieron peruanos que fueron a apoyarlo sin agenda subalterna.

Las garrapatas de la revolución siguen viviendo de su imagen. Estoy parado en el Mausoleo del “Che” y su columna guerrillera. Hay 17 buses y 24 taxis que traen a turistas (especialmente europeos) que quieren compartir el mito, la leyenda y soltar una lágrima. Para los hermanos Castro significan US$ que tanto necesita la isla. Su tiempo se acaba, felizmente.