​Las lecciones de las facultades

Las facultades que ha otorgado el Congreso al Ejecutivo han dejado algunas cosas en claro que pueden marcar el talante de lo que serán estos cinco años por venir. Primero, que el fujimorismo no era el cuco que muchos se empeñaban en mostrar y que está manejando responsablemente su mayoría.

Segundo, que el mejor aliado que tendrá el gobierno será la bancada naranja, más allá del folclore del discurso de varios prominentes personajes de PPK y FP. En los hechos, están en la misma línea y solo matices producen algunas escaramuzas. Debería manejarse con inteligencia esta relación.

Tercero, que el apoyo de la izquierda a Kuczynski siempre fue una farsa y serán obstruccionistas ahora y en todo el resto de su gobierno. A raíz de lo cual, el Presidente debería, de una vez, desmarcarse de ellos y proceder a hacer una limpieza burocrática de varios resquicios que quedaron del gobierno anterior y que son próximos, cuanto menos en ideas, a los predios del Frente Amplio y afines. No les debe nada.

Cuarto, que ha sido fundamental el papel de Luz Salgado y Fernando Zavala como operadores políticos líderes de los dos grandes poderes del Estado. Incluso pienso que han superado, en capacidad de manejo político, a sus jefes, quienes sin embargo tuvieron la sapiencia de elegirlos para los roles que hoy ocupan. La gobernabilidad los seguirá necesitando.

En lo personal, especialmente en materia económica, no creo que haya sido necesario recurrir a las facultades extraordinarias. En los asuntos de seguridad y reforma judicial, sí, por la urgencia de estos temas. Pero ya está. Ahora la pelota está en la cancha del gobierno; tiene el camino despejado para emprender las reformas pertinentes y carece de toda excusa para no hacerlo. Les deseamos éxito y mucha suerte.