Javier Iriondo es un exitoso conferencista internacional y autor de diversas publicaciones sobre liderazgo. Javier cuenta que luego de haber triunfado su mundo se derrumbó y lo perdió absolutamente todo. Hace unos días compartió en su blog las lecciones que aprendió y le sirvieron para reinventarse. Aquí las principales: 1) No puedes confiar en que el resto actúe como tú. Los valores, las prioridades y la ética de cada persona es distinta; 2) De todo hecho siempre hay responsables, pero culpar es tu peor enemigo. Asumiendo la responsabilidad recuperas tu poder; 3) Es importante perdonar para que el pasado no tenga poder sobre ti; 4) No eres lo que tienes. Hay quienes creen que cuanto más tienen más importantes son. Que tengas más o menos no debería influir en tu calidad humana o en tu valor como persona. Lo que te define no son las cosas, sino tus valores, tu nobleza y tu comportamiento. Tu identidad y tu valor no deben cambiar por un fracaso. Tienes que sentirte digno, independientemente de los resultados y, desde ahí, volver a construir, crecer, reinventarte y utilizar esa experiencia para tener mejores resultados y ser mejor persona. Lo que importa es a dónde vas y como las cosas pueden llegar a ser. Nunca dejen que nadie apague su luz, así que a respirar, sentir y demostrar de lo que uno es capaz. Las vidas de los grandes hombres han tenido momentos difíciles y haberlos superado es lo que las ha hecho verdaderamente ricas e interesantes.

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