El domingo pasado, el arquitecto Augusto Ortiz de Zevallos explicó en televisión pormenores sobre el Proyecto Río Verde, ese que ha sido dejado de lado por el alcalde Castañeda para construir un intercambio vial en el ingreso al Centro de Lima.

El Proyecto Río Verde recuperaría el río Rímac y transformaría espacios públicos abandonados en 25 hectáreas de áreas verdes para nuestra ciudad.

Lima necesita recuperar su río y este proyecto coadyuvaría a lograrlo. Resulta inentendible que una obra que generaría un impacto tan positivo para la comunidad sea dejada de lado.

Esperamos que el alcalde y el equipo de regidores y asesores reflexione y permita que se materialice una obra que podría darle a nuestra ciudad un nuevo espacio de integración y recreación.

El mejor ejemplo que conozco sobre una ciudad que ha recuperado un espacio similar es el de la ría de Bilbao, esa desembocadura que forma el sistema de los ríos Nervión e Ibaizábal en su llegada al mar Cantábrico en el golfo de Vizcaya.

Esa ría, que hoy es un lugar atractivo y que aloja al extraordinario Museo Guggenheim, ha causado un impacto positivo extraordinario en la economía y la sociedad vasca, ha impulsado el turismo y ha permitido la revitalización de múltiples espacios públicos y privados en su entorno.

La ciudad de Lima merece un río limpio y espacios públicos que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos. Así como el Circuito Mágico del Agua es una excelente obra de este alcalde, hoy tiene en sus manos la posibilidad de devolverle el río a la ciudad y darle al Centro de Lima el valor y la vida que merece.