El Fondo de Vivienda Policial, el Fondo de Salud Policial, el Fondo de Apoyo Funerario, el Fondo de Seguro de Retiro de Oficiales, el Fondo de Seguro de Retiro de Suboficiales, la Asociación Mutualista de Oficiales de la PNP, la División de Educación, la Dirección de Salud, la Dirección de Bienestar, la Dirección de Economía, la Dirección de Logística y la Dirección de Protección de Carreteras de la Policía Nacional del Perú, conforman los "Doce Apóstoles" del fantasma de la corrupción al interior de la PNP.
Algunas de ellas como la Asociación Mutualista de Oficiales de la PNP, creada para otorgar una compensación económica al oficial que pasa el retiro, fallece o se invalida, se ha convertido en una entidad financiera, inmobiliaria y prestataria, premiada como la mejor empresa peruana del año 2008, por la Asociación Civil Empresa Peruana del Año. Esta asociación, como los denominados Fondos, se nutre de las aportaciones de todos los integrantes de la PNP, en tanto que las direcciones administran los fondos del presupuesto del Estado.
Otros, como el Fondo de Apoyo Funerario de la PNP, dejaron de ser una institución creada específicamente para atender a la familia policial, y hoy se anuncia como cualquier agencia funeraria que brinda servicios a particulares, con el dinero proveniente de los aportes obligatorios de todos los policías. La corrupción en la PNP, como en otras instituciones privadas y públicas, es sistémica y se manifiesta de diferentes formas, quizás las menos graves son las mas visibles: pedidos de dinero o prebendas por algún servicio, o los procesos internos donde se cobra por trámites, cambios de colocación, anulación de sanciones, ingresos a cursos, a las escuelas, ascensos y otros.
Pero la más grave, sin duda alguna y la que genera el mal ejemplo, es aquella de carácter administrativo y que proviene de los altos mandos policiales, en grandes adquisiciones y licitaciones, en administración fraudulenta de recursos del estado y aportes de policías, en aprovechamiento ilícito de gananciales que no les corresponde, y en su complaciente actuación como integrante de directorios de las "empresas policiales", en donde reciben dietas y comparten beneficios al estilo de cualquier empresa privada, y a sabiendas que estas empresas se lucran de manera contraria a los fines de su creación y funcionamiento.
Los "Doce Apóstoles" son las más identificables instancias de la PNP cuya existencia impuesta, obligada y abusiva, ha convertido a un sector privilegiado de oficiales PNP en empresarios, financistas, inmobiliarios, prestamistas, gerentes, directores de empresas, adquirientes de material médico y medicinas, administradores de fondos de pensiones, retiros y demás recursos del Estado, sin un adecuado control ni fiscalización. Allí es donde debería empezar el sistema anticorrupción en la PNP, limpiando lo malo de su interior en vez de pretender engañar a la sociedad, al pasar al retiro a los policías que declaran a la prensa o tienen relaciones extramatrimoniales. La cadena se rompe por el eslabón más débil, la corrupción se sigue enquistando.