El 10 de abril, los peruanos participaremos en un nuevo proceso electoral para elegir presidente y congresistas de la República. Los ciudadanos, ahora, ya estamos abocados a discutir temas ideológicos. Los peruanos buscamos un Poder Ejecutivo pragmático y un Congreso que facilite las normas para seguir creciendo, creando más puestos de trabajo y eliminado la pobreza, para hacer del Perú un país desarrollado en el futuro cercano.

Hoy, como en toda campaña electoral, la mayoría de candidatos promete, sin medir las consecuencias, desconociendo que una vez elegidos estas promesas serán un búmeran que tendrán que enfrentar distrayendo sus acciones de Gobierno y que serán utilizadas por los “antitodo” que aparecerán buscando provecho político para las elecciones de 2018.

Los peruanos, al votar este 2016, debemos exigir como propuesta un Estado eficiente, pequeño, elástico que facilite la inversión privada, que genere más puestos de trabajo y esté al servicio de la sociedad en su conjunto.

Un gobierno que continúe responsablemente con el manejo macroeconómico del país, con un ministro de Economía que no solo sea un cajero y cancerbero de los fondos públicos, sino un gestor con experiencia en el sector privado que tenga claro el valor del dinero y la oportunidad de la inversión. Un Gobierno que garantice la seguridad ciudadana, teniendo en cuenta que una Nación con valores y principios no necesita más cárceles, más policías, sino mejores ciudadanos, como autoridades, en los ámbitos de la justicia, la gobernabilidad y el comportamiento.

Un gobierno que realice una lucha frontal contra la tramitología, creando más Módulos de Atención Ciudadana y un Data Center, urgente. Finalmente, requerimos un gobierno con un presidente que tenga la firmeza de hacer cumplir las leyes, que demuestre honestidad a toda prueba… un presidente patriota que impulse los valores cívicos en toda la población.