En el fujimorismo juran y rejuran que “la metamorfosis”, que el cambio mostrando por Keiko Fujimori al dar su respaldo a temas como la unión civil y el aborto terapéutico, no forma parte del marketing político tendiente a reducir las barreras que impone el antifujimorismo; y que en el caso del reconocimiento al trabajo de la CVR fue un enunciado antiguo y no reciente.

Como la discusión puede equivaler a determinar el sexo de los ángeles, vayamos por lo objetivo. ¿Estas afirmaciones le suman o le restan a Keiko? En el balance final, ¿el saldo será positivo y consolidará su primer lugar, o podría poner en riesgo su actual liderazgo en intención de voto? ¿Necesita el fujimorismo algunos hechos adicionales (como quitarle exposición a los representantes del “ala dura y noventera” del partido para reemplazarlos por gente nueva)?

Considero que, votos más, votos menos, y conociendo la estructura de las adhesiones de Keiko, de ninguna manera pondrá en riesgo su pase a la segunda vuelta. Se trataría de una apuesta arriesgada de ir por el triunfo en primera vuelta si las tradicionales resistencias hacia el fujimorismo amainan, lo cual es muy difícil con el nivel de fragmentación electoral del país.

Y sí, lamentablemente, los temas aludidos por Keiko no forman parte de las preocupaciones centrales de los peruanos. Donde podría flaquear la alternativa naranja es en no llegar a cuajar ni a transmitir suficiente credibilidad en cuanto al manejo de la inseguridad ciudadana y la reactivación económica. Son ambos ejes en los que hoy se juega la elección y no en otros terrenos.

Por otro lado, estando aún en medio del fracaso nacionalista, las declaraciones de Mario Vargas Llosa en respaldo a PPK (siendo el escritor uno de los mentores y garantes de la candidatura ollantista en 2011) podrían resultar un abrazo del oso, al menos por lo inoportunas.

PPK debería estarle diciendo a Varguitas: “No me defiendas, compadre”.