Según el INEI, la violencia contra la mujer viene disminuyendo en los últimos años, del 70% al 68% en 2016 (de la cual el 31% fue violencia física, el 6.6% fue violencia sexual y el 64% fue psicológica). Una disminución de 2 puntos porcentuales no puede ser calificada como una buena noticia. Siete de cada 10 mujeres son agredidas de algún modo en nuestro país, y a pesar de ser un problema muy grave y extendido en todos los niveles sociales, los ciudadanos no hemos sido verdaderamente conscientes de esto hasta que se realizó la marcha “Ni Una Menos”. El 13 de agosto de 2016, con una participación que superó todas las expectativas, esta marcha se convirtió en una de las más grandes manifestaciones sociales que se hayan realizado en el país.La conducta de Martín Camino Forsyth y la del economista Juan Mendoza son comportamientos comunes de abusador. Justifican sus actos con supuestas malas actitudes de sus parejas y después de las agresiones buscan el perdón de las mismas, perdón que lamentablemente, en muchos casos, consiguen. Continúa entonces una relación que está destinada, indefectiblemente, a tener un nuevo episodio de violencia (peor que el anterior) en el futuro.Son muchas las razones por las cuales las mujeres maltratadas soportan este tipo de abusos. Las hay económicas y psicológicas, pero también es posible que uno de los mayores problemas que tienen estas víctimas es que no se sienten protegidas por la sociedad ni por el Estado. Nadie puede protegerlas de su agresor.Las inaceptables declaraciones de la congresista de Fuerza Popular y presidenta de la Comisión de la Mujer y Familia, Maritza García, en las que afirma que las mujeres son, en algunos casos, quienes incitan y provocan estos ataques, es lamentablemente una creencia bastante más difundida de lo que pensamos dentro del mismo Estado, razón que hace que muchas víctimas tengan reparos en denunciar estos abusos, pues no encuentran por parte del Estado el soporte para evitar las agresiones. Como declaró Micaela de Osma la semana pasada: “Recomiendo que denuncien las agresiones, pero asegúrense de que haya un video para que les crean”. Agregaría también que estos videos sean enviados además a algún canal de TV, al menos mientras no se hagan cambios profundos en el mismo Estado para atacar este problema.