El viernes último, al promediar las 23.00 horas, una información paralizó al país cuando programas televisivos reportaban un hecho de sangre y terror. Parecía la escena de una película, pero era la realidad. Una balacera acababa con la vida de tres personas, cifra que subiría después a cinco.

Escalofriante y penoso lo ocurrido en el distrito de Independencia (Lima) y que es claro reflejo de la inseguridad existente en las principales urbes del país, además confirma la proliferación de armas ilegales en manos de personas que pueden estar vinculadas a la delincuencia o la tienen para otros fines.

En este caso, sorprende que el asesino de cuatro ciudadanos haya tenido en su poder un arma.

Hoy en día, la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec) carece de datos precisos sobre el armamento que existe en el mercado negro, empero se habla de al menos unas 100 mil unidades ilegales en el Perú. Parte de las pistolas y revólveres ingresan por Desaguadero (Puno) en el sur y por Tumbes (en el norte) de contrabando, armas que se ofertan entre mil y 1200 soles.

Hechos como el ocurrido en Independencia pueden ser prevenidos si la Policía Nacional mejora su labor de inteligencia para dar con estos mercados negros donde se vende armas sin control alguno y menos se encuentran registradas.

El país está de duelo y el tema de inseguridad vuelve a estar en tapete, razón por la cual se exige resultados.