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No hay duda que la imagen del Poder Judicial en nuestro país está por los suelos no solo por lo que vemos casi a diario, en que delincuentes de todo calibre son soltados pese a las evidencias encontradas por más que haya la necesidad de limpiar las calles de hampones. Ahora tenemos, además, la novedad de que en dicha institución, en medio de su desprestigio y de sus pedidos de dinero adicional al Ministerio de Economía, se compran carros de lujo para sus “doctorazos”.

Sí, durante la gestión de Víctor Ticona, quien antes de acabar su mandato al frente del Poder Judicial ha juramentado como flamante titular del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), se adquirieron vehículos Lexus para los magistrados supremos, mientras que de otro lado su institución afirma que no tiene los fondos necesarios para dar una mejor atención a los litigantes que tienen que vérselas con la justicia. No habrá para más computadoras y sillas, pero sí para mejores autos.

Lo lamentable es que mientras eso ocurre con la plata de todos los peruanos que debería destinarse a mejorar la administración de una justicia casi patética, los delincuentes siguen saliendo tras sus detenciones, como el presunto narco serbio que ya está en la calle, según la revista Caretas. Otro caso ilustrativo es el de Nadine Heredia, en que ningún juez movió un dedo para evitar que se vaya del país hacia Europa, pese a todo lo que tiene que responder por las agendas.

Sin ir muy lejos, desde el martes último los trabajadores del Poder Judicial han iniciado una huelga indefinida. Solo en Lima se han paralizado 300 mil procesos. El sindicato exige que se apruebe el presupuesto de tres mil millones que ha pedido la gestión de Ticona para el próximo año. ¿Sabrán los casi ocho mil huelguistas que piden aumentos de sueldos, que parte del dinero del 2016 se fue en los carros nuevos de los vocales supremos?

Para colmo, en este momento el Poder Judicial se encuentra interinamente en manos del magistrado Ramiro de Valdivia, con serios cuestionamientos en su pasado. Con una justicia así no vamos a ninguna parte. Urge una reforma integral de este poder del Estado. Casi hay que partir de cero, dejando solo a los probos y honestos, y atrayendo a jóvenes abogados con vocación de trabajar por su país en lugar de estar pensando más en los Lexus, en los viajes a Italia y en cosas similares.

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