Es indudable que el aporte de la minería al crecimiento del país en los próximos años será fundamental. A pesar de que el Gobierno haga esfuerzos importantes para apoyar y que el 79% de los ciudadanos esté de acuerdo con que se desarrollen grandes proyectos mineros en el país, serán los pobladores de las zonas involucradas quienes tendrán la última palabra. Conseguir su aprobación y aval será un trabajo que tendrán que lograr las empresas que quieran desarrollar estos proyectos con poco o ningún apoyo del Estado.Para lograr esto, las empresas deberán enfocarse en cuatro aspectos. El primero es entender cuáles son los objetivos de los líderes locales y buscar consensos que permitan el desarrollo conjunto. Las autoridades locales siempre verán en la empresa minera una manera de generar rédito y visibilidad política; por eso, una buena relación es vital. El segundo aspecto relevante es la transparencia y la información que la empresa otorgue a los medios locales y nacionales. Puede ser necesario incluso el desarrollo de medios de información propios y directos, para así evitar la tergiversación de la información. Mientras más informada esté la población, más difícil será que los líderes locales puedan manipularla o malinformar a los ciudadanos y evitar que el proyecto se desarrolle. El tercer aspecto es entender cuáles son las necesidades reales de la población en la zona de influencia y trabajar con organizaciones locales para que todos puedan sentir de manera directa los beneficios que tendrá para ellos el desarrollo de este proyecto. El cuarto aspecto, posiblemente el más complicado de implementar, es influir en el comportamiento de los empleados de la empresa minera dentro de la comunidad. Son ellos quienes tendrán, en la mayoría de los casos, niveles de ingresos, prestaciones laborales y un nivel de vida ostensiblemente mejor a la de los pobladores de la localidad. Esto generará fricciones que pueden llevar a la paralización de las operaciones.Cualquier empresario pensará que los aspectos antes mencionados no son su responsabilidad y que es el Estado el que debería garantizar las condiciones adecuadas para la inversión. Lamentablemente, en el Perú son acciones adicionales e indispensables que hacer, y es vital que los empresarios mineros las entiendan, pues de ello dependerá que se desarrolle uno de los motores más importantes para la economía del país.