Se han dado algunas medidas aisladas como la declaratoria de emergencia en los distritos de San Juan de Lurigancho y San Martín de Porres, para dar solución al problema generalizado de la  inseguridad ciudadana. Años atrás la percepción y el temor de la ciudadanía era ser víctima de robo. El miedo en la actualidad es perder la vida.

Se debe entender que la seguridad es un tema trasversal, todos los sectores y actividades tienen como variable dicho aspecto. Urge desarrollar y ejecutar una política de Estado para solucionar el tema de la inseguridad, así como se tiene política de Estado en salud, educación, economía, etc., se debe tener una política de Estado en materia de seguridad ciudadana.

El artículo 44 de la Constitución señala que es deber primordial del Estado (…) garantizar la plena vigencia de los derechos humanos, proteger a la población de las amenazas contra su seguridad; y promover el bienestar general (…).

La materialización de esta norma constitucional tiene que ver con la seguridad. No puede haber bienestar general si no se generan las condiciones necesarias para que tanto las personas naturales como jurídicas puedan desarrollar sus actividades habituales en contextos  de normalidad.

Al inicio de la década de los 90, se diseñó una política antisubversiva  establecida en los lineamientos del plan de gobierno del fujimorismo de 1990, donde se dio un nuevo rol a las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional cuyo objetivo en el corto plazo era recobrar la confianza de la población urbano marginal y rural en esa época las más atacada por el terrorismo.

La implementación de la política se encuentra claramente establecida en dos directivas: la Nº 001-90 “Planeamiento Estratégico de Defensa Nacional” de Dic. de 1990 y la Nº 003-91 “Planeamiento de la Defensa Nacional para la Pacificación” ello acompañado de la ejecución de acciones integradas de inteligencia (Gein).

Existió voluntad política y se dieron los recursos necesarios. La historia nos relata que se obtuvo una gran victoria con la captura de Abimael Guzmán. Esa es la receta.

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