En el libro “Characteres et anecdotes” de Nicolas de Chamfort se cuenta que Lord Hamilton, personaje brutal y distraído, mató de un golpe involuntario al chico que le servía en una posada. “Iba a retirarse a sus habitaciones cuando el posadero, alarmado, lo detuvo: ‘Disculpe Milord , pero ha matado usted a un sirviente’. Entre dos bostezos, antes de seguir su camino, el noble masculló: ‘Póngalo en la cuenta’”, concluye el relato.

Eran tiempos terribles, en los que las personas por mínimas cosas se mataban. Tiempos violentos que parecen regresar. En Perú, por ejemplo, los hechos policiales cobran notoriedad día a día. El temor avanza y la gente se impacienta porque no tiene los niveles de seguridad que algunas veces tuvo. Hay muchos cadáveres en el recorrido de esta nueva historia.

Las calles son un caos con sicarios, capos, asaltantes, etc. La población pide soluciones a gritos y las autoridades parecen decir: “no las tenemos”. Hace poco el Premier Pedro Cateriano ha intentado una respuesta. ¿Cuál? Que el Congreso le otorgue facultades extraordinarias al Ejecutivo para legislar en algunos temas, entre ellos, la seguridad ciudadana.

El problema para el Ejecutivo es que en estos momentos el Congreso está en manos de la oposición, de modo que al oficialismo no le queda otra que negociar. El asunto es que las negociaciones demoran las medidas profundas que requiere el Gobierno para neutralizar y acabar con la inseguridad ciudadana.

Por ejemplo el ministerio de Justicia ha pedido leyes para que se incrementen los agravantes para sancionar el sicariato y para que se amplíe el tiempo de detención de los delincuentes en una comisaría. Lo cierto es que solo podrían concretar se con celeridad si al Ejecutivo le dan facultades para legislar.

En este caso hay que trabajar para darle soluciones a la gente y dejar de vivir a la defensiva contra el otro. Es evidente que los congresistas de oposición no van a ceder sus prerrogativas en los temas económico, social y lucha contra la corrupción y se entiende ello, pero deben ser más pragmáticos en la problemática de la seguridad ciudadana. En este campo se necesita ser rápido y eficaz.