La salida de Guzmán y Acuña ha planteado un nuevo escenario en nuestro convulsionado proceso electoral. Por lo pronto, si analizamos los últimos acontecimientos, haría que pasen a segunda vuelta Keiko y PPK.

Hay que notar las agresivas acciones que se están desarrollando para golpear a Keiko Fujimori. Está la tacha a su candidatura -que podría dejarla fuera del proceso- y los mítines en contra del fujimorismo. Más allá de las consideraciones legales, me parece que hay muy poco margen político para que proceda una tacha, principalmente porque afectaría la credibilidad del proceso y porque además desataría violentas movilizaciones de los fujimoristas, lo que terminaría por complicar mucho más estas elecciones.

Keiko deberá enfrentar la avalancha de críticas, lo que le puede restar algunos puntos, pero no evitará que pase a la segunda vuelta. Sin embargo, se puede incrementar su antivoto, haciendo más difícil su camino a la Presidencia. El resultado dependerá, en gran medida, de cómo Keiko enfrente estos ataques. No nos olvidemos que en lo que va del proceso la candidata de Fuerza Popular ha pasado bastante desapercibida. Es ahora cuando veremos con claridad qué tan preparada está para enfrentar situaciones adversas.

Alfredo Barnechea busca desplazar a PPK, pero parece haber apuntado la artillería a Verónika Mendoza. A pesar de que el discurso de Barnechea resulta en algunos aspectos cercano al del Frente Amplio, no parece poder capitalizar muchos votos de la izquierda. De igual manera, veremos cómo enfrenta el candidato de la lampa las críticas que comienzan a aparecer y que tienen dos fuentes principales: su pasado político y las posibles discrepancias con el plan de gobierno de Acción Popular.

Verónika Mendoza ha ganado parte importante del electorado, pero pienso que su crecimiento puede limitarse en la medida que ella y su partido no tomen posiciones claras con respecto al gobierno de Maduro y de algunos personajes relevantes de la historia del terrorismo en el Perú. El populismo latinoamericano parece estar de salida y la vinculación al momento más negro de nuestra historia difícilmente la ayudará a ganar votos.

Si bien es claro que Alan García tiene mucha influencia en el proceso electoral, parece poco capaz de mejorar su intención de voto. En el caso de este candidato, lo más preocupante es su antivoto, que es incluso más alto que el de Keiko en algunas encuestas.

Finalmente, PPK parece estar por ahora fuera de la tormenta y sin mayores ataques de los otros candidatos. Esta aparente calma puede ayudar a consolidar su posición de segundo y permitirle pasar a la segunda vuelta, en la que podría tener una interesante actuación si las críticas al fujimorismo calan en la población.