Cuando hace un año se estrenó el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, los diferentes ministros conjugaban el verbo “destrabar” con emoción y optimismo. Sin embargo, a medida que pasaron los días al frente de sus cargos, poco a poco dejaron de lado esa palabra por diversos factores que posiblemente no advirtieron.

Incluso de manera reiterada manejaban cifras de proyectos de inversión por destrabar y que llegaban en conjunto a los 30 mil millones de dólares, pero de esa suma se pusieron en marcha mínimos montos, y eso contribuyó el congelamiento de la economía nacional.

El jefe de Estado, el viernes último, al hacer un balance de su gestión, acusó al escándalo Odebrecht y al fenómeno El Niño costero de influir en el bajo crecimiento económico durante los últimos doce meses en el país.

¿Tiene razón PPK en culpar a estos dos factores inesperados de lo que le pasa al país?

En parte sí, sin embargo, no reconoció que faltó mayor agresividad y decisión en los integrantes de su gabinete para cumplir con el destrabe de proyectos.

Por ejemplo, en el sector minería hay proyectos de inversión privada detenidos, y eso en gran parte por no poner las cosas claras que garanticen la ejecución de los mismos. ¿Hasta cuándo seguiremos esperando?

El mensaje que pueda dar el Presidente el próximo 28 tiene que ser claro y preciso, pues urge recuperar la brújula en el gobierno, de lo contrario en un año más buscaremos nuevos factores para culpar, cuando en realidad eso nos pasa por no saber hacia dónde caminamos.