Madeleine Osterling casi se convierte en la alcaldesa de San Isidro, el distrito más próspero y desarrollado del Perú. En el proceso electoral previo, yo también fui candidato a alcalde de San Isidro representando a Adelante, el partido fundado por Rafael Belaunde.

Luego de constatar diariamente lo que pasa en mi distrito, imagino que si Madeleine hubiese ganado o si mi equipo lo hubiera hecho en la elección previa, las cosas serían bastante distintas. Hoy lo que toca es apoyar a quien ganó y contribuir con ideas o crítica constructiva.

Existe un grupo de vecinos que discrepa del estilo de Manuel Velarde. A Manuel lo conozco de toda la vida. Su padre fue padrino de la fábrica textil que fundó mi padre en los años ochenta y su madre es una excelente mujer. Manuel es inteligente y una muy buena persona, pero en los últimos tiempos viene cometiendo demasiados desaciertos políticos.

Parece no entender que las obras deben atender las principales necesidades y deseos de los vecinos, no los suyos.

No estoy con los que promovieron su revocatoria ni con quienes se quejan de todo. Hay cosas muy positivas y otras muy mal hechas que aún puede corregir. Creo en su capacidad de enmienda. Está a tiempo de dar un vuelco a su manera de relacionarse con los vecinos. Con una dosis importante de apertura, humildad y deseo de reconocer y enmendar errores, Manuel puede convertirse en ese alcalde conciliador que San Isidro necesita. Su futuro político y el de nuestro distrito están en sus manos.

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