De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), en 2022, la informalidad laboral afectó a cerca de 13.4 millones de trabajadores. El problema es mayor en las zonas rurales. En departamentos como Huancavelica o Puno, la tasa de informalidad supera el 90%.
La Contralaría informó que la corrupción entre los años 2021 y 2022 ha ocasionado un perjuicio económico de aproximadamente 50 mil millones de soles. En el año 2022 ascendió a 24 419 millones de soles, (régimen comunista de Castillo) en el año 2021 (régimen de Sagasti y Castillo) a 24 262 millones de soles. El saqueo “rojicaviar” ha sido de tal magnitud, que utilizándose correctamente dichos recursos, se habría acabado con la pobreza en nuestro país, y se habría financiado dos veces el “Plan Colombia”.
Este se financio en un inicio, en 1998, con 7500 millones de dólares aproximadamente 28 000 mil millones de soles. Se sustituyeron sembríos de coca y amapola por cultivos de café, se hicieron colegios, escuelas, carreteras, acueductos, reservorios y losas deportivas, etc. Para ello se pidió apoyo internacional, sobre la base de un esquema de “responsabilidad compartida” ya que el mercado de la droga estaba en otros países. Consiguieron apoyo internacional que financió aproximadamente el 40% del citado plan, logrando objetivos puntuales. Aun cuando tiene sus detractores, es una experiencia a seguir en lo que corresponda y sea útil a nuestra realidad. Sería útil usar dicha experiencia para combatir narcotráfico, crimen organizado e inseguridad ciudadana, para evitar lo que vive hoy Ecuador. Tenemos proyectos mineros y agrícolas entrampados. Como ejemplo citamos el proyecto Majes Siguas II que incorporaría 38 500 nuevas hectáreas de cultivo y la percepción de inseguridad mayor al 87%, entre otros problemas. Son algunos temas a resolver por el gobierno y a tomar en cuenta por los demócratas para evitar que en el futuro, los mismo rojos y caviares sigan saqueando a nuestro país.