A pesar de todos los problemas procesales surgidos por el mal diseño de los plazos, este proceso electoral que se reinicia en estos días tiene algunos hechos que deben ser resaltados.

Las normas que desincentivan los vientres de alquiler han sido aplicadas por lo menos en un caso, pero han hecho que varios otros opten por dar un paso al costado. Se retiró el Partido Nacionalista y el exalcalde de Los Olivos -que estuvo ofreciendo su franquicia-, se apartó Reggiardo para no perder la franquicia que robó del fujimorismo, fue retirado Julio Guzmán por no cumplir con la democracia interna, Miguel Hilario hace como que sigue en competencia, pero no tiene listas parlamentarias lo que avizora que se retira en cualquier momento. Y aquellos que han hecho alianzas, como APP-Somos Perú - Restauración; Partido Aprista-PPC - Vamos Perú o Solidaridad y UPP, probablemente no pasen la valla electoral.

Hay muchos candidatos jóvenes. Luego de postulantes que solo visitaban mercados o paseaban en bicicleta han reaparecido los mítines. Barnechea -a la antigua por su escaso presupuesto- llena plazas en provincias y en Lima. Alan García, en oportunidades, usa el apoyo de grupos musicales al igual que lo hacía César Acuña, que ofrecía una fiesta popular que él clausuraba con su atropellado hablar.

Hay un intento de debate ideológico, impulsado por Barnechea, y del que se viene colgando Verónika Mendoza. El rol del Estado, los contratos del gas, el papel de la minería y los intereses de los créditos de consumo son temas que tratan de asaltar el debate secuestrado por el interés de los reporteros en la anécdota.

Se puede recuperar la política. No todo está perdido.