La nueva entrega de “La guerra de las galaxias”, que ahora se nombra por su título original (Star Wars), es “El despertar de la fuerza” (The force awakens), episodio VII de la ambiciosa aventura creada por George Lucas hace casi 4 décadas y que dio lugar a dos trilogías previas.

La historia de la saga tuvo un comienzo bastante curioso. Lucas decidió rodar primero los episodios IV (“Una nueva esperanza”), V (“El imperio contraataca”) y VI (“El regreso del jedi”) debido a que la tecnología de entonces no era muy avanzada para hacer los tres iniciales, que iban a demandar un gran diseño de producción y efectos visuales muy sofisticados. Además, el presupuesto se hubiera desbordado.

Ya en 1999, cuando Lucas emprendió “La amenaza fantasma”, la tecnología había alcanzado el desarrollo suficiente, lo que le permitió completar una segunda trilogía con “El ataque los clones” (2002) y “La venganza de los sith” (2005). Sin embargo, lo que el destacado productor y director ganó en el aspecto visual y efectos especiales digitales, lo perdió en eficacia narrativa, en un poco inspirado desarrollo de personajes y situaciones.

Al mismo tiempo, se atrevió remasterizar la ediciones en video de los tres episodios filmados entre 1977 y 1983, agregando digitalmente personajes o remodelando las escenografías originales, lo que causó estupor entre los más puristas fanáticos de la saga fantástica, quienes lo repudiaron.

“El despertar de la fuerza”, cuya dirección ha corrido a cargo del hábil cineasta J.J. Abrams, es una continuación de la primera trilogía realizada por Lucas y los directores Irvin Kershner y Richard Marquand. Por lo tanto, quienes quieran apreciarla mejor pueden previamente revisar los episodios IV, V y VI, y prescindir de los otros tres, que no vienen a cuento.

En la nueva aventura, que hay que entender como el principio de una nueva trilogía, han transcurrido más de 30 años desde la caída del Imperio Galáctico, derrotado por la Alianza Rebelde. Luke Skywalker (Mark Hamill) ha desaparecido, pero existe un mapa que revela dónde se halla refugiado.

Al mismo tiempo, la tiranía y la opresión no han cesado en la galaxia, que todavía se encuentra en conflicto. Una nueva República ha surgido, pero su gobierno es frágil. De esto se aprovechará un misterioso guerrero llamado Kylo Ren (Adam Driver), quien lidera la Primera Orden, una oscura fuerza leal a las memorias de Darth Vader y del maléfico senador Palpatine.

RELATO ÁGIL Y VIBRANTE. A partir de estos hechos, Abrams ha construido un relato ágil y vibrante, en el que asimila varias situaciones del pasado, sobre todo de la cinta original de 1977, para repotenciarlas sirviéndose de personajes nuevos, jóvenes y vitales, a los que une sin problemas con la vieja guardia, representada principalmente por el veterano Han Solo (Harrison Ford), Leia Organa (Carrie Fisher) convertida en generala, el gigantón Chewbacca (Peter Mayhew) y los entrañables robots C3PO y R2D2.

La idea del mapa -o parte de él- escondido en algún lugar y necesario para buscar un tesoro o desentrañar un misterio (en el caso de la película, encontrar el paradero de Skywalker), no tiene nada de novedoso y ha sido usado en numerosas ocasiones en el cine de aventuras, el de piratas por ejemplo. Aquí sirve de útil mecanismo para echar a andar las diversas aristas de un relato en el que aparecen por primera vez varios personajes que van a ser claves en las siguientes realizaciones.

Fundamentalmente Rey (una óptima debutante Daisy Ridley), joven chatarrera del planeta desierto Jakku, de increíble fortaleza, que ha aprendido a valerse por sí misma. A ella se suman el pequeño y divertido robot BB-8, el soldado Finn (John Boyega), quien ha renegado del ejército imperial y se siente profundamente atraído hacia Rey, y el piloto Poe Dameron (Oscar Isaac), que responde a las órdenes de Leia.

En contraposición a la luz, a la fuerza, Kylo Ren -una suerte de Darth Vader incipiente- aparece bajo el control del siniestro villano Snoke, supremo líder del lado oscuro, equivalente al viejo Palpatine. Con ellos surge también la figura de un implacable general que responde al nombre de Hux (Domhnall Gleeson), quien recuerda a Grand Moff Tarkin, el severo militar encarnado por el inolvidable Peter Cushing.

Con todos estos elementos, ajustados en un sólido guión firmado por Lawrence Kasdan (autor de los libretos de “El imperio contraataca” y “El regreso del jedi”), Michael Arndt y el propio Abrams, la aventura logra combinar con inobjetable fluidez espectaculares secuencias de acción y escenas dramáticas. Asimismo, no rehuye el lado sentimental (el reencuentro de Han Solo y Leia), como tampoco descuida ese costado humorístico que ya es parte de la saga.

Ocurren, igualmente, hechos puntuales que están directamente relacionados con el entroncamiento familiar de ciertos personajes, que le van a dar un giro importante a los acontecimientos venideros. El resultado de “El despertar de la fuerza” es bueno, pero asoma como el punto de partida de una trilogía que promete. Por lo tanto, esperamos que las siguientes entregas tengan similar o mayor intensidad.

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