"Travesuras del amor" (She's funny that way) marca el regreso al cine despues de muchos años del veterano y reconocido realizador estadounidense Peter Bogdanovich, a quien se deben destacadas cintas como "Míralos morir" (1969), "La última película" (1971), "La chica terremoto" (1972), "Luna de papel" (1973), "Saint Jack" (1979) e "Y todos rieron" (1981).

A los 76 años, el curtido Bogdanovich -quien en los primeros tiempos de su carrera escribió sobre cine y ha publicado diversos libros sobre realizadores del periodo clásico de Hollywood- ilustra una divertida historia de enredos, una comedia de situaciones ciertamente inspirada en el estilo de cineastas con una vibración muy especial para el humor más delirante, como Ernst Lubitsch, a quien cita directamente, o Howard Hawks.

Algunos sostienen que la estructura narrativa tiene algo del estilo de Woody Allen, sobre todo al presentar a la protagonista, una dama de compañía transformada en actriz, dando una entrevista sobre los pormenores de su vida personal y su ascención a la fama. También por el uso de la voz en off, pero ahí se acaban las aparentes similitudes porque el ritmo que le imprime Bogdanovich al libreto -coescrito con su ex esposa Louise Stratten- es distinto.

COMPLICACIONES DIVERTIDAS. Isabella "Izzy" Patterson (Imogen Poots) conoce una noche -gracias a su trabajo de dama de compañía- al consagrado director teatral Arnold Albertson (Owen Wilson), quien queda tan satisfecho por sus servicios que decide ayudarla económicamente para que cumpla su sueño de ser actriz. Un tiempo después, "Izzy" consigue una audición en la nueva obra que va a dirigir Albertson, en la que también participa su esposa Delta (Kathryn Hahn). Hecho que desencadenará una serie de divertidas complicaciones.

La apuesta de Bogdanovich es de corte clásico y queda plenamente plasmada en el ritmo sostenido del relato, en las idas y vueltas de los personajes y las situaciones que atraviesan, en la representación teatral que asumen y que contrasta alegremente con lo que les ocurre en la realidad. También en la rapidez de los diálogos, lo que denota una frescura de otros tiempos que ya no se ve en la mayoría de burdas comedias del 'mainstream' hollywoodense actual.

Por supuesto que la complicidad de Bogdanovich con sus actores es total y le sirve para llevar a buen puerto esta gratísima comedia coral en la que malicia e ingenuidad se abrazan con fuerza. Desde los protagonistas hasta quienes tienen brevísimas apariciones. Desde los notables Owen Wilson, Imogen Poots, Rhys Ifans, Kathryn Hahn y Austin Pendleton (como viejo obsesivo) hasta Tatum O'Neal, Michael Shannon, Colleen Camp, Joanna Lumley y Quentin Tarantino interpretándose a sí mismo. Ampliamente recomendable.

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