- "Si (como afirma el griego en el Cratilo)/el nombre es arquetipo de la cosa en las letras de 'rosa' está la rosa/y todo el Nilo en la palabra Nilo" (Borges, El Golem). Así el genial argentino se refería a la polémica sobre la naturaleza de las palabras entre Sócrates, Hermógenes y Cratilo antes de pasar al monstruo creado por el conjuro cabalístico del rabino de Praga. En una sociedad tan nominalista, me parece muy oportuno que se le cambie el nombre de "presidentes regionales" por "gobernadores" a los titulares de las regiones, porque ya algunos se creen primeros mandatarios. Tal vez más apropiado sería llamarlos "intendentes", porque "gobernadores" ya se usa para un puesto de mucho menor rango y no se trata de menoscabarlos tampoco. Todo tiene su sitial; tampoco es que se puede igualar a Jason Day con Al Pacino.

- ¿Adónde en las elecciones del 2016 se irá ese 30% de electores radicalizado que votó dos veces por Humala? ¿O volveremos a tener ese escenario de una derecha y un centro atomizados (probablemente Keiko, Alan, Nadine, Toledo) frente a una izquierda otra vez homogénea tras algún líder radical?

- Como Hitler y sus 264 días en la penitenciaría de Landsberg, el fascista Antauro cree que tomará el poder tras purgar prisión.

- La pesadilla de todo director es "patinar" en la portada con un titular basado en conclusiones fácticas erradas, producto de una investigación. Nunca nos había sucedido, pero hasta al mejor cazador -que no pretendemos ser- se le va la paloma y efectivamente lo que toca es rectificar un involuntario fallo grueso como aquel de ayer, donde una nota que pensamos estaba muy bien cuadrada no era tal, como sí en cambio ocurrió con la anterior sobre la compra directa de leche Laive, la otra sobre el viaje de los S/.6500 a Chile, aquella sobre la contratación del bachiller de FS, esa sobre el arbitraje con los transportistas del Metropolitano, el "olón", "el Ricmazo" y otras varias más que hicimos sobre la comuna limeña en nuestro rol de prensa fiscalizadora (artículos incómodos que algunos tildan de "campaña" para salvar la cara, pero que simplemente existen porque más bien alguien parece estar en campaña de meter reiteradamente la pata). Y en base a esa falsa apreciación es que escribimos una columna criticando que la izquierda siempre agobie predicando una culposa austeridad y luego se gaste dinero en autos caros al llegar al poder. Por lo que indican los descargos ediles, la camioneta que usa la alcaldesa Villarán ya provenía de la gestión anterior y esos S/. 110 mil de la orden de compra que reseñaba -en singular- "adquisición de camioneta" no se usaron entonces para comprar esta como parecía de cotejar documentos, sino para otras dos camionetas, destinadas a otra gerencia y adquiridas anteriormente. A nombre de mi equipo lamento este error y ofrecemos las disculpas del caso. Y a nombre personal, ofrezco las disculpas por la columna. Y en consecuencia, rectificamos proporcionalmente el error en cada sitio, tal como este caso lo amerita. Lo cortés no quita lo valiente, como bien nos enseñó años atrás Enrique Zileri cuando con Caretas se retractó y ofreció disculpas públicas y personales en su propia casa al entonces ministro de Transportes Elivio Vannini Chumpitazi al vincular erradamente a este con un supuesto contrabando de equipos de Betamax. Ojalá nomás que nuestros alborozados "simpatizantes" lo hagan alguna vez cuando les suceda lo mismo, que nadie está libre de equivocarse (y claro, ni nos reconocerán haber hecho esta enmienda). Como ponen los medios anglos: "We regret the error".
- A uno le dicen de todo, pero de todo, y esos no son insultos para los caviares y rojos. ¿O, por ejemplo, me van a decir que es lo mismo usar "bruto" que el finamente irónico "caviar" para designar a un sector político? Eso de hacerse siempre la víctima, el ofendido y el llorón cuando todos se tiran aceite hirviendo en esta cocina es tan nauseabundamente hipócrita. En eso sí no caemos