Los peruanos estamos hartos de que nos engañen quienes ejercen el poder, aquellos que sobrevalúan obras para robarse la plata del Estado, así como quienes falsifican currículos para hacer más simpática su presencia y ganar los votos que los lleven a la tan ansiada curul.

Tal parece ser el caso de la congresista por Áncash Yesenia Ponce, quien habría conseguido certificados “bamba” de cuarto y quinto de secundaria para aparentar que tiene secundaria completa, pero un programa televisivo la ha desnudado al extremo que ya no quedan dudas de su conducta.

Y es que hace poco la citada parlamentaria, en su semana de representación, llegó a Áncash y en el Consejo Regional se portó de manera prepotente y con una actitud irrespetuosa pretendió dirigir el debate, usurpando una función que no le correspondía e incluso con su atrevimiento influyó en que se cambiara el sentido de una votación.

La Comisión de Ética (que no sirve de nada, porque todo lo decide el pleno con mayoría fujimorista) la sancionó con 120 días de suspensión, pero el pleno la blindó y solo recibió una amonestación.

Ahora, con esta nueva denuncia, donde habría pagado S/10,000 por los certificados “bamba”, será acusada y la Comisión de Ética la sancionará, pero el pleno la volverá a blindar.

Necesitamos un Congreso que sea ejemplo de fiscalización, pero parece que el actual repitiera esta famosa frase: “¡Para mis amigos, todo; para mis enemigos, la ley!”.