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Cada sábado, cientos de comerciantes de diversos lugares y provincias del  se congregan, desde tempranas horas, en varias avenidas y calles del distrito de Santiago para dar vida al “Baratillo de Santiago”. Esta feria de productos de segunda mano, artesanías, comidas, animales y diversos objetos atrae semana a semana a turistas nacionales e internacionales, pero genera gran preocupación entre los pobladores, pues las vías están tugurizadas con más de 2200 comerciantes.

PELIGRO HISTÓRICO. Si bien, los inicios de esta feria datan desde los años 50, fue hace unas dos décadas que los ambulantes se asentaron en ese distrito. Desde entonces, los habitantes de Santiago aseguran que el “Baratillo” se ha convertido en una zona en donde la ilegalidad, la delincuencia y la venta de productos de dudosa procedencia han tomado terreno.

Una de las vecinas señala que los comerciantes llegan todos los sábados desde las 3.00 a.m. para ubicarse en las puertas de sus viviendas, calles y pistas, dejando a los habitantes sin salidas ante un eventual incendio o accidente.

“Hace dos semanas, un vecino tuvo un paro cardiaco, y como la ambulancia no podía entrar hasta su vivienda, lo tuvieron que sacar con frazadas hasta una vía transitada. Nosotros estamos prohibidos de enfermarnos o tener un accidente los días sábados, porque vamos a tener que caminar por lo menos tres cuadras para tomar un taxi”, señala.

El titular de la Dirección Desconcentrada de Cusco del , Hernán Infantas Gibaja, alertó que de ocurrir un siniestro en el “Baratillo”, la situación sería preocupante debido a que las carpas que ocupan las calles tienen instalaciones eléctricas precarias y no tienen extintores. Ello provocaría un incendio de grandes proporciones con una significativa magnitud de daños. Infantas Gibaja aseguró que el Indeci no ha emitido ningún certificado de seguridad a esta feria, debido a que esa es una responsabilidad que compete a la Municipalidad de Santiago, según la Ley 29664.

“Existe un descontrol del manejo de la sociedad, debido a que hay una invasión de gente que no respeta las calles ni los derechos de quienes viven en ellas. No solo han invadido las veredas, sino también las pistas de pase vehicular. Esto significa un descontrol del manejo de la sociedad”, señaló.

REUBICACIÓN. Correo se comunicó con la gerente de Desarrollo Económico de la Municipalidad Distrital de Santiago, Olimpia Carpio, quien aseguró que desde el 2015 se vienen gestionando los trabajos de reubicación con las cuatro asociaciones que conforman el “Baratillo”, sin que hasta el momento se tenga una respuesta positiva por parte de los comerciantes.

Olimpia Carpio señaló que, cada año, la feria viene convocando a más vendedores que llegan desde diversos distritos y provincias del Cusco, incluso se supo que existen comerciantes provenientes de regiones como Ayacucho, Puno y otros de Bolivia. La autoridad indicó que este no solo es un asunto regional, sino también nacional. Remarcó que ni las autoridades provinciales ni regionales del Cusco han mostrado interés por atender esta problemática social.

Atentado cultural

También se venden bienes patrimoniales

El jefe del Área de Defensa del Patrimonio Cultural de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Cusco, Enrique Aguilar Kalla, señaló que hace tres años se logró incautar bienes pertenecientes al Patrimonio Cultural de la Nación en el “Baratillo”. No obstante, la incidencia de casos disminuyó. Ahora, los principales sectores de comercialización ilegal se encuentran en los mercados artesanales de la ciudad y Valle Sagrado.