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Miles de personas de toda condición social participaron ayer en la “Marcha por la Vida”, organizada por el Arzobispado de Lima, para rechazar cualquier forma de aborto en el Perú.

Los asistentes se movilizaron por distintas calles de Jesús María, Magdalena, Pueblo Libre y San Isidro, mientras que otros grupos que venían de zonas más alejadas de la capital llegaban en vehículos contratados para la ocasión.

Católicos y evangélicos confluyeron por las calles con carteles, banderolas y gigantografías con lemas que defendían la vida y rechazaban la muerte “que se expresa en toda forma de aborto”.

VALORES. Horas antes de la marcha, el cardenal  precisó sobre el valor de la vida, que “todo viene después; el opinar, el reírse, el morir, el trabajar, luchar, viene después de la vida. Así que el primer derecho y lo que permite al ser humano poder compartir con otros, expresarse, es porque vive”.

Señaló que el Perú está a la cabeza con otros países de Latinoamérica defendiendo la vida. Esta marcha es muchísima juventud, parroquias, movimientos, mucha gente, nada político, agregó.

Los distintos grupos que llegaron hasta la Costa Verde se mantuvieron hasta bien entrada la noche, mientras que distintos representantes expresaban su defensa de la vida y los valores en la sociedad peruana. Pese a todas las medidas que se tomaron, la Policía tuvo dificultades para controlar el tránsito y en algunos puntos se dio una gran congestión causada por el cierre de algunas calles y avenidas.