Su fe en Dios lo salvó. Un milagro ocurrió en la vida de un paciente con un tumor en el rostro que no dejaba de sangrar, crecía desmedidamente y comprometía su vida. Este es el caso de Guimo Quinchuya Ascencio de 38 años, quien dejo hace 6 años su ciudad natal, Cerro de Pasco, para buscar en Lima aquella ayuda que le permita luchar contra un Hemangioma Gigante. Este tumor compretió su boca, lengua, cuello y laringe.
Guimo comentó para la Agencia de Noticias Andina, que intentó con sus propias fuerzas juntar dinero a través de la venta de caramelos para lograr ser operado. Pero hubo un momento en el que como él mismo lo dice: " Ya no pude más". Pues el tumor le impedía subir y bajar de los buses y entonces decidió pararse en los puentes y semáforos de la capital para pedir ayuda, a través de un cartel colgado en su pecho.
Y la ayuda llegó
En su camino apareció una alma generosa que lo ayudo en todo este proceso. Guimo da gracias a Dios que siempre encontró gente buena en su vida. Vanessa Flores es la persona que conoció el caso de Guimo a través de las redes sociales y ella no dudo en hacerlo, a pesar que lograr la operación para salvarle la vida parecía imposible. " Fueron muchos las personas que lo han ayudado de diferente manera".
Guimo recuerda que fue rechazado por muchos hospitales, ya que ningún médico se atrevía a asumir un riesgo tan alto. Fue entonces, que a mediados de enero último, el cirujano plástico Augusto Anaya de la Unidad de Servicios de Cirugía Plástica, Quemados y Microcirugía del hospital de Emergencias de Villa El Salvador, aceptó el reto.
Junto al doctor Anaya participaron 13 especialistas en la operación. " Yo pienso que Dios nos ha iluminado, Dios lo ha puesto aquí y nos ha permitido sacarlo adelante" comenta muy emocionada la cirujano plástico Rocío Coletti, integrante de este gran equipo de médicos quienes realizaron esta proeza médica, ya que el sangrado que presentaba Guimo era preocupante. “El sangrado era tanto que vino con un pañal en el rostro. Si no hubiéramos hecho antes la embolización, que consiste en tapar los vasos sanguíneos, no hubiéramos podido retirar con éxito el tumor y definitivamente hubiera significado la muerte del paciente.” explicó Coletti.
La vida es otra para Guimo
Se estima que la operación de Guimo hubiera costado más de 100 mil soles en el sector privado, sin embargo este caso fue cubierto en una gran parte por una cadena de solidaridad vía redes sociales y el resto fue asumido por el hospital.
La operación no solo implicó la extirpación del tumor sino también la reconstrucción de su rostro. Aún faltan más operaciones, pero frente a ello, Guimo tiene una fe inquebrantable en Dios. " Le doy gracias a Dios que me tiene con vida".
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