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La fiscal Sara Vidal, a cargo de las pesquisas del caso , tiene como principal hipótesis de trabajo que la Compañía General de Combustibles (Cogeco), empresa relacionada al investigado excongresista, recibió una inyección importante de capital de , dinero que finalmente habría sido “lavado”.

Precisamente fue esa una de las más de 30 preguntas que la fiscal antilavado le formuló ayer a Ramírez, quien se presentó minutos antes de las 8.00 a.m. al despacho de Sara Vidal para rendir su testimonio final, debido a que el plazo de las indagaciones ya culminó.

Fuentes de Correo en el Ministerio Público explicaron que en el interrogatorio que se realizó a Keiko Fujimori en su momento -comprendida en calidad de investigada en este mismo caso-, algunas de sus respuestas no convencieron y se detectó más de una “inconsistencia”.

Ayer, durante la sesión, Ramírez negó tales imputaciones y se defendió alegando que no necesitaba el dinero de Fujimori debido a que ya contaba, según él, con el respaldo y los créditos comerciales de “empresas grandes” como Repsol y Primax, de solvencia económica suficiente.

Si bien, las diligencias para desenmarañar este caso de alta complejidad han concluido, la fiscal Vidal aún aguarda los resultados de las pericias contables de las cuentas de los principales investigados, documentación clave que determinará si es que el caso pasa a fase judicial.

No está demás recordar que el piloto Jesús F. Vásquez, colaborador de la Drug Enforcement Administration (DEA), acusó a Ramírez de “lavar” 15 millones de dólares para Fujimori, a través de la cadena de grifos del clan Ramírez.

A su salida de la Fiscalía, luego de un interrogatorio que duró cerca de 1 hora y 30 minutos, el exlegislador fujimorista optó por responder lo mínimo a la prensa.

“Es mentira”, respondió al ser consultado sobre las anotaciones encontradas en uno de los celulares de Marcelo Odebrecht, que involucran a la hija del reo Alberto Fujimori.