Francisco Tudela van Breugel-Douglas fue canciller del fujimorismo y electo vicepresidente de la República el año 2000. Pese a ser uno de los personajes más respetados del fujimorismo, se mantiene alejado de la plataforma de Keiko Fujimori. En esta entrevista, analiza los riesgos de un eventual gobierno de Fuerza Popular y lo que significaría un triunfo de PPK.
Desde diversos sectores se pronostica el regreso de la dictadura con la hegemonía fujimorista que se posicionará en el Congreso del próximo gobierno.
Esto no puede analizarse en base de un ‘a priori’, que es tratar de calcular en abstracto la cantidad de poder. Acá, los ‘a prioris’ teóricos hay que ponerlos de lado, hay que ver la experiencia histórica y la realidad constitucional.
Es natural que cualquier gobierno busque siempre obtener una mayoría, pero el fujimorismo ostenta un pasado catalogado como “nefasto”.
Me pregunto qué hubieran dicho los inventores de la teoría del exceso de poder sobre los 73 escaños si en primera vuelta PPK hubiese sacado 42% de los votos y tuviera semejante mayoría en el Congreso. No puedo dejar de preguntarme si estas mismas personas, que hoy dicen que hay demasiado poder en el fujimorismo, dirían también que hay demasiado poder en el ‘pepekausismo’.
Al fujimorismo se le sataniza por su historia, y no es para menos...
Hay que comprender que la circunstancia histórica es completamente diferente. Estamos viviendo no solo otro momento histórico, sino que la razón lógica en el contexto actual, para establecer un régimen autoritario, dictatorial, por parte del fujimorismo, no existe. Ellos son los creadores de este status quo, es la Constitución que ellos han establecido, la que ha creado al Perú actual, entonces ¿por qué habría de violar su propia Constitución?
¿A qué respondería entonces que diversos políticos y especialistas adviertan del peligro que implicaría una “dinastía”?
¿A qué figura se refiere, doctor?
El Frente Democrático (Fredemo) obtuvo 62 escaños en una Cámara de Diputados que en esa época estaba constituida por 180 miembros. El APRA obtuvo 53 escaños, o sea ya vamos sumando más de 100. El fujimorismo, en cambio, obtuvo solo 32 escaños. Entonces, el gran problema del fujimorismo, de Cambio 90, en esa coyuntura histórica de hiperinflación, con 60% del territorio nacional en estado de emergencia y terrorismo, era que no podía gobernar. Y no podía gobernar porque tenía una gran mayoría hostil en el Congreso.
Este podría ser el caso del candidato Kuczynski de ganar en segunda vuelta...
Cosa que no es improbable si las tendencias en las encuestas se mantienen. PPK se encontraría en la misma situación que el expresidente Alberto Fujimori en 1990, con la diferencia, claro, de que el régimen económico sí funciona, que no existe hiperinflación y tampoco hay terrorismo, fuera del VRAEM. Las coyunturas son completamente distintas, y uno no puede hacer teorías ‘a priori’ sin ver las diferentes circunstancias históricas.
Pero el fujimorismo, aparentemente, le podría dar la espalda a PPK a la hora de concertar, en dicho caso hipotético.
También está la izquierda del Frente Amplio, que no se va a pegar a PPK en el Congreso, porque lo que ellos desean es consolidar sus posiciones. Esta es la primera vez que, en cuanto a agrupación ideológica, expresando lo que piensan, han llegado a tener un número significativo de escaños. Entonces, está claro que la izquierda no se va a allanar a un PPK Presidente.
Tanto PPK como Fujimori comparten modelos aparentemente similares, en cuanto a planes de gobierno...
Sí, pero es probable que el fujimorismo tampoco (busque concertar), en la medida que la campaña se ha desarrollado muy agresiva, sobre todo a medida que avanzan las semanas y se les sigue acusando de ser autoritarios, dictatoriales. ¿Cómo a quien uno ha castigado duramente durante la campaña se va a convertir en su colaborador?
Sin duda, se podría repetir un escenario de ingobernabilidad...
Si uno no reflexiona a partir de la experiencia histórica, lo que uno ve es que, en caso de que gane PPK, su situación sería igual a la de Fujimori en 1990, con la diferencia de que ya no hay crisis. Pero, fundamentalmente persiste ese elemento, ese supuesto de ingobernabilidad, porque para pasar cualquier ley, se requiere por lo menos de una mayoría simple en el Congreso. ¿Y qué va a hacer el Presidente? ¿Ir de rodillas al Parlamento a pedir que le pasen sus leyes? Esto plantea un problema.
Miles de jóvenes han salido a las calles a protestar contra Keiko, ¿cómo afectan estas marchas su candidatura?
No creo que la victimicen y si la hubiesen perjudicado no habría tenido esa votación. Son colectivos que sienten que tienen que marchar porque así es como expresan sus opiniones políticas. Este un país libre, lo dicen las garantías constitucionales.
Verónika Mendoza ha dicho en varias oportunidades que PPK y Keiko Fujimori son “lo mismo”.
Sí hay una diferencia ideológica y sociológica entre el fujimorismo y el pepekausismo, no como partido sino como composición. El fujimorismo es un partido que se ha organizado desde el 2001 y representa un capitalismo popular.
¿Y el ‘pepekausismo’?
Es un partido que ha sido fabricado como plataforma para la elección del 2016. Ahí hay una primera diferencia, y representa, a diferencia del capitalismo popular del fujimorismo, un capitalismo global. Estamos viendo que de un lado están los abogados de un capitalismo de élite (PPK), que es además el que otorga el crédito a través del sistema bancario, que es el que hace la contratación para las grandes empresas que vienen a trabajar al Perú, es el elemento que afianza los contratos con los inversionistas extranjeros.
Esto se contrapone al capitalismo popular que plantea Keiko...
Que no es de los acreedores, sino de los deudores, de los sujetos de crédito, que son los pequeños empresarios emergentes, que naturalmente se enfrentan a tasas de interés que van del 14% para arriba y que no existen en ningún lugar del mundo.
¿Cuál de las dos fórmulas en materia de economía es la que le traería más réditos al país?
Cada agrupación ofrece una visión de país. En la medida que la visión de país conecta con las aspiraciones de vastos sectores sociales es que se produce la victoria electoral y, entonces, no hay, en abstracto, un mejor sistema que el otro, ambas son vertientes del capitalismo. En pocas palabras, desde mi punto de vista, esta es una elección como cualquier otra, en la cual no hay nada dramático en juego. Y presentarlo como una lucha entre la democracia y el autoritarismo está bien para los apasionados políticos.
Se dice que el viejo fujimorismo sigue llevando las riendas del partido naranja...
No daría la impresión de ser así si uno mira la composición del próximo Congreso. Lo que debería saberse respecto a esa tesis es quiénes son aquellos a quienes se sindica como los actores del viejo fujimorismo que están manipulando a estos 73 congresistas y a la señora Fujimori. Han hecho un enorme esfuerzo para desvincularse de su pasado y demostrar que es Keiko Fujimori la que manda, y creo que en este punto sí lo han logrado. No sé si en el primer punto, porque hay un antifujimorismo bien fuerte. Esa parte de la estrategia la han logrado, la otra la conoceremos luego de las elecciones.
“Lo de Kenji y viaje de PPK no es determinante”
¿Considera que es real la pugna interna entre los hermanos Fujimori por la Presidencia?
No creo que se estén peleando por el poder, creo que el menor cometió una imprudencia, un disparate y este disparate en plena campaña electoral es una mina de oro para los opositores políticos. Ella calla al hermano, ordena que la vieja guardia se vaya, demuestra disciplina dentro de la estructura partidaria.
¿Qué pudo haber pasado por la cabeza del hijo menor de Alberto?
Se entusiasmó, eso fue lo que pasó (risas)... Soy abogado, no adivino, mucho menos psiquiatra.
¿El haber viajado sin previo aviso a EE.UU. en una etapa tan delicada como lo es el segundo tramo electoral le puede haber pasado la factura a PPK?
Depende de la naturaleza del viaje porque tarde o temprano tendrá que explicarle a sus electores lo que ha conseguido allá. Si lo hace bien, si logra persuadir al electorado, no lo perjudicará para nada. Ahora, si no lo logra, entonces va a perder votos. Tampoco creo que sea determinante, ni el error de Kenji ni el viaje de Kuczynski.
Ambos candidatos aseguraron que el otro tenía pactos bajo la mesa con la Confiep...
Es la pugna entre el capitalismo popular y el capitalismo de élite. Evidentemente quien disparó primero (PPK) quería desmarcarse del capitalismo de élite, del capitalismo globalista. No digo nada más.
¿Qué pasará luego de este 5 de junio?
Habrá un reordenamiento político porque la realidad es la realidad y ahí están los congresistas del Frente Amplio, de Peruanos por el Kambio, de Fuerza Popular y esa es la materia prima con la cual se hace política. Eso implica una recomposición, el fin de los insultos de campaña, el tratar de crear puntos de encuentro y puntos necesarios de desencuentro.
Al término de su exposición durante el debate de candidatos, Keiko Fujimori firmó un acta que aseguraba que no liberaría a su padre. ¿Deberíamos creerle?
Dijo que políticamente no se iba a liberar a su padre. Creo que sí va a cumplir, es un acto muy solemne firmar un documento en un debate que todo el país está observando. No es una afirmación lateral en una entrevista, nada de eso. Si independientemente de creerle o no, si incumple el pacto que ella ha contraído consigo misma, va a estar en grandes problemas.
La historia nos ha enseñado que no todas las promesas se cumplen...
Eso es muy cierto y algunos no cumplen ninguna, otros cumplen algunas, pero no tenemos una bola de cristal para el futuro. De alguna manera hay que dar crédito, no a la parte de desplumarse que hacen los candidatos en campaña, hay que dar créditos a los núcleos centrales de sus propuestas y promesas porque sino uno no votaría por nadie.