El penal Ancón I, conocido comúnmente como Piedras Gordas, reúne hoy a cabecillas de organizaciones criminales, delincuentes procesados por homicidios, y al mismo tiempo alberga a diversos personajes vinculados al caso Odebrecht en el Perú.
Uno de sus más recientes huéspedes es el exgobernador regional del Callao, Félix Moreno, quien fue capturado el 14 de noviembre, luego permanecer 10 meses prófugo de la justicia, tras recibir dos condenas por actos de corrupción.
El centro penitenciario, en donde también permanecen los abogados Humberto Abanto y Fernando Cantuarias de manera preventiva por el caso Arbitrajes, es un penal de máxima seguridad, ubicado en el kilómetro 39 de la carretera Panamericana Norte, en Lima.
La infraestructura se encuentra edificada sobre un terrero de 9.7 hectáreas, antes destinado para uso militar. Fue inaugurado en abril del 2002 con una capacidad para mil internos. Sin embargo, hoy está considerado sobrepoblado.
Según el informe estadístico del Instituto Nacional Penitenciario del Perú (Inpe) del 2018, Ancón I alberga a 2760 internos nacionales y extranjeros, en su mayoría de entre 35 y 39 años de edad, distribuidos en 10 pabellones con celdas unipersonales y bipersonales.
Asimismo, el citado documento señala que la gran mayoría de la población penitenciaria está vinculada con el delito de robo agravado, seguido de tráfico ilícito de drogas de forma agravada, homicidio calificado, asesinato y asociación ilícita para delinquir.
Supervisión
A los internos de este centro penitenciario se les aplica el régimen cerrado especial, que contempla fuertes restricciones en cuanto a visitas y horas de patio disponibles.
Esta consideración está prevista, puesto que los internos vinculados a una organización criminal, u otros delitos graves, requieren un mayor tratamiento para su readaptación ante la sociedad.
Como el resto de cárceles, el penal Ancón I dispone de agentes para seguridad externa e interna, así como un sistema de bloqueo de celulares.
Además, ante la propuesta de cárceles productivas, cuenta con talleres de trabajo para actividades de reinserción, como joyería y cerámica, además de cocina y un tópico. Adicionalmente, existe una clínica con farmacia, consultorios de odontología, medicina general y sala de rayos X. Asimismo, para la educación de los internos hay un Centro de Educación Técnico-Productiva (Cetpro), donde se imparten clases de niveles primaria, secundaria y superior, a través de los convenios que se tienen con el Inpe.