Rodrigo se considera un sionista a ultranza, no le importa morir si lo hace defendiendo a Israel y sus creencias. Se encuentra en la zona norte, a la espera de las órdenes de su comando. Ayer se dio tiempo para responder algunas preguntas para Correo.
¿De dónde surgió tu deseo de ingresar a la milicia israelí?
Yo desciendo de una familia judía y desde que era un niño tenía un ideal, estaba convencido de realizar mi conversión de Aliá, que significa “venir a Israel”. Entonces, cuando cumplí los 18 años decidí venir, llegué a los 19 para los 20, y lo hice con la idea de ingresar al Ejército, porque como todo sionista soy una persona que está dispuesta a defender a este país.
¿Cómo fue el trámite para tu naturalización?
Cuando vine tuve un año y medio de ciudadano, el día que llegué recibí mi documentación y mi nacionalidad israelí. Después me llegó una carta del Ejército con la obligación de ingresar, pero el procedimiento es diferente al tratarse de una persona que viene del exterior. Antes de entrar al servicio regular uno tiene que hacer un preservicio, en el que te enseñan cómo funciona el ejército y el idioma hebreo; luego tienes la opción de elegir si quieres trabajar en oficina o dedicarte al área de combate. En mi caso, siempre quise pertenecer al área de combate y me enrolé en una unidad del Ejército.
¿Cuál es tu actual situación? ¿estás en combate?
Mira, me encuentro en el norte, no puedo decir dónde, pero mis compañeros y yo estamos a la espera si es que llega a estallar algo aquí. Hoy día (domingo 15) ya recibimos un ataque de parte de ellos (Hamás), y en ese ataque un soldado resultó herido de gravedad y falleció, otros tres se encuentran gravemente heridos en el hospital.
¿Cómo anda la comunicación con tu familia? Imagino que aquí, en el Perú, deben estar muy preocupados.
Mi familia se encuentra preocupada. Mi padre y yo somos los únicos que nos encontramos acá. En Israel llevo dos años y medio, traje a mi padre hace dos años, en la época del coronavirus, él casi muere en Perú debido a esta enfermedad, y por eso me vi en la obligación de hacer que su proceso se agilice para que venga a vivir conmigo. Mi madre y hermanos se encuentra en Perú.
¿En qué parte de Iquitos se encuentran ellos?
Por seguridad no puedo decirlo. Lamentablemente me encuentro en esta situación, y digo lamentablemente porque se ha derramado sangre inocente, entre ellos muchos amigos.
¿Algún peruano?
Sí, uno de ellos es Brando Flores García, un amigo mío que falleció un sábado. Tengo también una persona muy cercana, que fue mi coronel en servicio, que perdió la vida en combate salvando a personas que se encontraban en los kibutzim y otros escondidos tras el ataque sorpresa de Hamás.
¿Cómo percibes el apoyo ofrecido por el gobierno peruano a nuestros compatriotas?
He podido percibir muy poco del gobierno peruano, los gobiernos de Brasil o de Argentina, por ejemplo, tomaron acciones mucho más rápidas y lograron evacuar a sus connacionales que se encuentran como turistas en Israel. Observo que el proceso del gobierno peruano es muy lento, ineficaz, no he podido ver que de parte de ellos exista un apoyo para nosotros. La gran mayoría de los gobiernos en el mundo siente el dolor que todos estamos sintiendo en este país, se han secuestrado y decapitado niños, quemado y violado mujeres, y el Perú, un país en el que hay un sector de descendientes de judíos, lo mínimo que podría hacer es demostrar su apoyo frente a esta grave situación que se está viviendo aquí.
En medio de esta etapa de violencia, ¿qué extrañas del Perú?
Mis hermanos, eso es lo que a mi más me hace sentir nostalgia, pero al mismo tiempo eso me da fuerza, porque yo no quiero morir, quiero vivir. Perú es mi tierra madre, pero este (Israel) es el país que elegí para radicar y terminar mi vida. Planeo ser enterrado en este país, pero jamás voy a dejar de lado mis raíces.
¿El gobierno israelí te otorga alguna ayuda económica o subvención?
No, no funciona así. El ejército no nos financia nada. Nosotros somos voluntarios y si no me pagan, eso no me importa, igual voy a estar acá, muchos de los soldados que se encuentran en mi batallón sienten lo mismo. Fuera del beneficio que pudiéramos sacar de este conflicto, lo que más nos alienta de estar acá es el sentimiento frente a lo que nos hicieron. Una cosa es que ataquen el ejército, pero atacar a gente inocente en sus propias casas, que no realizan servicio militar, eso es inconcebible.