Al menos 4 laboratorios obtuvieron resultados positivos en ensayos clínicos. (Foto: iStock)
Al menos 4 laboratorios obtuvieron resultados positivos en ensayos clínicos. (Foto: iStock)

Si bien la Organización Mundial de la Salud () y diversos expertos ven poco probable que la contra COVID-19 esté disponible este año, quienes compiten por hallar la cura están dispuestos a quebrar todos los pronósticos.

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Para los grandes laboratorios y los Gobiernos detrás, es una carrera aparte. Este lunes, la revista The Lancet publicó los resultados de los primeros ensayos clínicos (en personas) de las vacunas que desarrollan la Universidad de Oxford con el laboratorio AstraZeneca (Reino Unido), así como la de la firma china Cansino. Ambos tests, realizados en grupos de cientos de voluntarios, arrojaron una “respuesta inmunitaria importante” en pacientes. También las estadounidenses Pfizer (que trabaja junto al laboratorio alemán Biontech) y Moderna han señalado que sus pruebas iniciales generaron anticuerpos; sin embargo, estuvieron limitadas a unas cuantas decenas de individuos.

De los cuatro emprendimientos, es el de Oxford-AstraZeneca el único que ha entrado a la fase III de ensayos clínicos, etapa en la que también están tres proyectos chinos (ver infografía). La vacuna británica se basa en una preexistente, la ChAdOx1, que en el pasado se probó con enfermedades como chikungunya. Ello ha permitido acelerar los procedimientos para poder cumplir la meta de que la cura contra el nuevo coronavirus esté lista este año, un reconocimiento al que también aspiran Rusia y China, países que han sido acusados de usar ciberespionaje para robar datos de investigaciones en Occidente.

Acceso y costos

Suponiendo que haya una vacuna exitosa en 2020 o 2021 -algo inédito en el mundo médico, donde el desarrollo de vacunas suele tomar años-, queda el problema de la distribución. EE.UU., por ejemplo, se ha asegurado grandes lotes de dosis al firmar acuerdos con laboratorios (dio 1950 millones de dólares a Pfizer, 1200 millones a AstraZeneca, 1600 millones a Novavax, 500 millones a Moderna y otros 500 millones a Johnson & Johnson).

Otros países, como Brasil, han optado por ser parte de ensayos clínicos. En territorio brasileño se lleva a cabo la fase III de las pruebas de vacunas de Oxford y Sinovac. Ello asegurará al país no solo dosis, sino hasta transferencia tecnológica para la producción en casa.

Pero, qué pasa con aquellos que quedan fuera de los acuerdos bilaterales o simplemente no tienen el dinero necesario. Una alternativa es COVAX, iniciativa internacional que busca facilitar el acceso equitativo a vacunas. Según la OMS, “75 países, que financiarán las vacunas de COVID-19 con sus propios presupuestos, se han asociado con otros 90 países de ingresos bajos”. El objetivo es acelerar la producción y cubrir la inmunización del 20% de la población más vulnerable de cada nación participante para fines de 2021.

COVAX serviría además para evitar un lucro desmedido por parte de los laboratorios. Por lo pronto, AstraZeneca y Johnson & Johnson han anunciado que pondrán sus vacunas en el mercado a precio de costo. En contraste, Moderna y Pfizer han confirmado que sí buscarán ganancias. Esta última empresa vendió por anticipado 100 millones de dosis a EE.UU. a 19.5 dólares cada una.

A dicho precio, un país como el Perú necesitaría 585 millones de dólares para vacunar a 30 millones de personas, y eso es en un escenario ideal. El magnate Bill Gates -cuya fundación es aportante de la OMS- señaló a la cadena CBS que, “en este momento, ninguna de las vacunas parece funcionar con una sola dosis”. Oxford evalúa que podrían requerirse dos, lo cual significa el doble de presupuesto en tiempos de crisis económica.

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