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El  es, qué duda cabe, uno de los pilares de la sociedad en la búsqueda de la justicia y la sanción efectiva ante la ola de crímenes que asolan al país.

Su labor, desde esa arista, tiene una importancia fundamental y por eso llama la atención que tenga en este año 2016 un déficit presupuestal que debería preocupar no solo al gobierno.

Las falencias que puedan derivar de esta falta de recursos podrían muy bien ser aprovechadas por los enemigos de la sociedad y constituirse en un claro factor en contra de la lucha contra el crimen.

POCOS RECURSOS. El año pasado, el Ministerio Público consideró que para el 2016, solo para garantizar el buen funcionamiento de la institución, se necesitaban S/.2 mil 600 millones.

Sin embargo, luego de su exposición en el Congreso, el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, recibió la noticia de que solo se le proporcionarían mil quinientos millones de soles. Es decir, la demanda no atendida asciende a mil 95 millones de soles.

Según información del sector, un primer impacto de esta decisión es que diversas partidas institucionales se van a ver afectadas. Una de ellas es la de los gastos operativos destinados a los fiscales titulares, “lo cual significa que el año 2016 ya se empezará con un déficit de S/.52 millones 697,459”, dijeron fuentes de la institución a Correo.

La situación es aún más cuestionable si comparamos, por ejemplo, el presupuesto que ha designado el gobierno a uno solo de sus programas sociales más emblemáticos: Qali Warma.

Desde su funcionamiento en el 2013 hasta lo que ya se destinó para el 2016, el programa ha recibido S/.5 mil 374 millones.

Con esa cantidad se atienden las necesidades de 3 millones de niños en edad escolar, pero la idoneidad del programa ha sido severamente cuestionada por repartir, por ejemplo, desayunos en malas condiciones.

Pero vayamos al punto: El dinero que se ha destinado a la Fiscalía en el mismo período (2013-2016) llega a los S/.5 mil 214 millones.

Es decir, una cifra similar pero con la gran diferencia que con ese dinero el Ministerio Público debe atender los requerimientos de más de 30 millones de peruanos.

Si esto se analiza en frío, la cifra que se le otorga a la Fiscalía es insuficiente.

SOLO LO BÁSICO. “Ya hemos tenido falencias en el aspecto económico, es una dificultad porque nuestro presupuesto fue insuficiente para cubrir las necesidades en gastos operativos sobre todo para los fiscales titulares”, dijo a Correo el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez Velarde.

Añade que el dinero con el que abrirán el año alcanzará para pagar lo básico a los fiscales titulares, pero no a los provisionales.

Los fiscales provisionales, quienes aprobaron los exámenes del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) pero que no alcanzaron una plaza como titulares, han sido contratados por la Fiscalía debido a la demanda de casos que se necesita resolver.

“Solo se nos ha asignado mil 505 millones de soles para el 2016. Eso supone que vamos a empezar el año con algunas limitaciones. Es decir, vamos a cumplir algunas funciones pero no nos va a permitir crecer”, lamenta Sánchez.

Hace algunos días, el gobierno destinó una partida para culminar con el aumento salarial de fiscales y jueces, pero eso será solo para los titulares. En esta danza de billetes, que sigue resultando exigua, no están contemplados los provisionales.

Esto, como es obvio, genera el sinsabor de un buen número de fiscales, lo cual se refleja en el desgano y falta de motivación para hacer sus labores.

“El presupuesto se ha ido aumentando mínimamente, mientras que las necesidades han ido creciendo más y, obviamente, la carga procesal crece de manera exponencial. Entonces no hay una relación homogénea entre ambas situaciones”, comenta Sánchez.

La relación entre la falta de dinero, causa, genera una demora en la atención de los casos, efecto, de la cual el más perjudicado es el ciudadano, que se aburre con el tiempo excesivo que toman los procesos.

Ante ello, si bien el titular del Ministerio Público no busca enfrentarse con el gobierno o el Ministerio de Economía, reclama más dinero para su institución, pues el objetivo de cubrir gastos responde a la necesidad de darle una trabajo eficaz a la colectividad, que espera que sus casos sean resueltos de manera rápida y oportuna.

MORGUES E INTEMPERIE. Otro ejemplo es que la Fiscalía gasta anualmente 2 millones de soles en pagar por los locales que alquila en sus diferentes sedes fiscales a nivel nacional.

Sin embargo, solo en Tumbes y Tacna tienen a medio construir locales propios que no pueden ser usados. “Si los termináramos, ya no tendríamos que gastar en alquileres”, sostiene Sánchez.

Igual pasa en Áncash: La sede fiscal también está a medio construir. Y ni hablar del área de Medicina Legal.

“Tenemos allí una morgue que funciona a la intemperie y no podemos culminar ese edificio por falta de presupuesto”, lamentó Sánchez.

También recuerda que hay bonos pendientes para los médicos legistas y los trabajadores del Ministerio de Salud.

Desde el punto de vista logístico, el MP tiene pendiente la implementación de las Cámaras Geselle, con los que muchos distritos fiscales no cuentan, y que son necesarias sobre todo en el interrogatorio de menores víctimas de abuso.

También se debe implementar el área de recuperación de datos de celulares, computadoras y análisis de voces a través de la compra de un sistema integrado de software especializado para el área de Criminalística.

De igual modo, se intentará reducir el tiempo de entrega de las pericias a través de la página web.

“Si quieren que cumplamos con nuestra tarea, el Estado también tiene que darnos lo necesario. Ser buen pobre no es malo, pero uno tiene que crecer y avanzar en esta tarea difícil, que es la impartición de justicia”, concluye Sánchez.

Visitas. Uno de sus más importantes proyectos del MP es poner en marcha el Sistema de Registro de Visitas a la sede principal de la Fiscalía de la Nación. La idea es que exista una herramienta de transparencia ante la ciudadanía.

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