En una iniciativa sin precedentes y que debiera marcar la orientación de la cultura y la literatura en los diferentes pueblos, por iniciativa de la Comisión de Apoyo al Arte, la Educación y la Cultura, Leoncio Bueno, natural de la Constancia, Casa Grande, sería proclamado como Poeta de Casa Grande y el Valle Chicama.
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Desde luego que el homenaje rebasa pletórico de justicia; pero esperar que el poeta cumpla más de cien años para reconocerlo es una actitud discutible y revela también los grandes vacíos, ignorancia, indiferencia y desconocimiento de la política educativa de los sucesivos gobiernos y de las autoridades, tanto locales como regionales y nacionales. Tampoco la observación llama la atención en un panorama de nivel lector tan pobre y escaso, como el que caracteriza a amplios sectores de la población, pero sobre todo a los dirigentes, en un escenario en el que las autoridades políticas, legislativas y de otra laya declaran o confiesan que no leen. Pero volvamos al hecho central.
En la propia educación el panorama es desolador: los colegiales, los universitarios, muchos profesores no conocen la producción histórica, geográfica, cultural y literaria de sus propios pueblos, distritos y provincias. Y así se habla de “excelencia educativa” y de “revolución de la educación”. Pero volvamos al tema central.
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REPASO BIOGRÁFICO Y LITERARIO
Leoncio Bueno nació en la hacienda La Constancia en 1923. Trabajador desde niño en el campo, fue también obrero textil y de construcción civil, mecánico, chofer y otras ocupaciones, tuvo una estupenda formación educativa y cultural por su propio esfuerzo. Autodidacta en literatura, participó en la fundación del Grupo Intelectual Primero de Mayo en 1958. Su obra poética comprende principalmente los poemarios “Al pie del yunque” (1956), “Pastor de truenos” (1968), “Este gran capitán” (1968), “Invasión poderosa” (1972), “Rebuzno propio”, con el cual en 1971 obtuvo una mención honrosa en el Premio Nacional de Poesía. Añadimos “La guerra de los Runas” (1980). En el ejercicio del periodismo cultural, fue colaborador, especialmente, de “Diario de Marka” y del suplemento “Caballo rojo”. También ostenta una valiosa producción narrativa, casi toda inédita.
Leoncio Bueno representa en la poesía lo que Julián Huanay, otro notable escritor obrero y autodidacta, es en la narración, especialmente por su novela “El retoño”.
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VALORACIÓN DE ALBERTO ESCOBAR Y ALFONSO LA TORRE
El notable crítico peruano Antonio Escobar, en su “Antología de la poesía peruana” (1973), señala expresamente que el mundo poético de Leoncio Bueno está construido en base a testimonios de la propia vida y de las aspiraciones y luchas de la clase obrera, tejidos sobre un telar de rebeldía, justicia, fraternidad y ternura, elementos que se plasman en cierta violencia del lenguaje poético, con una hebra lírica que entreteje y subsiste, incluso cuando sus versos se convierten en himnos de lucha y protesta expresados en un lenguaje coloquial.
Además del ponderado juicio de Escobar, la valoración poética de Leoncio Bueno se ha plasmado en varios artículos y ensayos críticos, entre los cuales citamos los siguientes: “L.B., poeta obrero”, de Dora Bazán; “Vocación y destino de un poeta”, de Winston Orrillo; “Invasión poderosa. ¿Pan o Poesía”, de Alfonso La Torre.
Y también hay que destacar que la producción de Leoncio Bueno ha sido incluida en la antología “Poesía proletaria del Perú (1930- 1976″, de Víctor Mazzi T.
El riguroso crítico Alfonso La Torre, por su parte, se ha expresado en estos términos: “Los poemas de Bueno son verbalmente simples, incluso ingenuos, pero con la compacta vitalidad popular, capturados de inmediato (…) Leoncio Bueno es un poeta cuya poesía refleja una búsqueda de identidad proletaria, donde el verbo del pueblo se autentifica con su voz enérgica y vital; sus giros son inmediatos aunque algo de aspereza verbal recorren sus versos; sin embargo, es precisamente allí que su voz se torna rabiosa y contundente”.
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EL TEMA DE LA MIGRACIÓN ANDINA Y LAS BARRIADAS
César Toro Montalvo, por su parte, en su “Diccionario general de las letras peruanas”, destaca que la voz poética de Leoncio Bueno es sincera e intensamente biográfica y realiza la proeza lírica de describir la época de la formación de las primeras barriadas junto a la gran capital: Lima, plasmada en su intenso y dramático poema “El Wayno de Comas”, sustentado en un entramado sociológico y heroico de los primeros moradores de las barriadas junto a las grandes ciudades tradicionales. Entonces “combina estrechamente las vivencias, aspiraciones populares, el lenguaje cotidiano, los vicios, luchas y esperanzas, de una masa humana que después se ha intensificado, reproducido y multiplicado en las ciudades tradicionales del Perú”.
Algunas líneas del emblemático poema expresan: “Hablo desde aquí, / desde este lugar en donde me he trenzado / en el alambre de púas del combate social. / Hablo desde aquí, donde antes no había nada, / y siento que cada día aumenta mi pegada, / mi voz bien abonada en esta tierra que he tomado, / gracias al impulso de tantos”.