El robo de libros en la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa derivó en una complicación mayor para el Gobierno Regional de Arequipa (GRA) que ahora enfrenta el dilema de entregar la custodia de los textos del Nobel de Literatura a la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), en atención al requerimiento que el propio escritor hizo público, al conocer la vulnerabilidad del recinto donde se alberga parte de su colección privada de textos que donó a la ciudad en los últimos años.
Arequipa: Calidad del agua del río Chili mejoró en los últimos 5 años
La voz de alerta la dio el consejero José Luis Hancco el 22 de febrero, cuando desde su cuenta de Facebook diera a conocer el hurto sistemático de 20 libros de la Biblioteca Regional, entre ellos colecciones completas de Kant y Nietzsche, entre otros.
ANTECEDENTES
El 26 de noviembre del 2020, Viviana Carrasco, encargada de la Sala Benito Bonifaz de la Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa envió un informe a Juan Carlos Barberena, director del complejo cultural Vargas Llosa y donde daba cuenta del hurto de 20 textos, lo que se habría producido entre los meses de octubre y noviembre de ese año.
Bordadores del valle del Colca intentan sobrevivir a la pandemia del coronavirus en Arequipa
Sin embargo, hasta el 22 de febrero, cuando el consejero José Luis Hancco hiciera público el asunto desde su cuenta en Facebook, nada se había hecho al respecto. Ni la instancia superior de la biblioteca (la Gerencia Regional de Desarrollo Social del Gobierno Regional), o el propio gobernador Elmer Cáceres Llica conocían lo sucedido. La denuncia policial fue presentada recién el 24 de febrero, mientras tanto, los libros eran vendidos en la página de Facebook Market Place y algunos ya habían sido comprados por un tercero.
Curiosamente, fue Barberena quien adquirió parte de estos libros en la red social mientras la Policía aún buscaba a los responsables. Hasta ahora se han recuperado 9 ejemplares. La denuncia del director de la biblioteca daba cuenta de la presunta complicidad de Víctor Aldair Riveros Prado, uno de los empleados del recinto que había sido contratado por la gestión de Cáceres, y que era vecino de la misma calle de Barberena en el distrito de Huancarqui, provincia de Castilla en Arequipa, tal como se desprende del documento policial y donde, además, se advierte que el robo fue notificado hasta en tres oportunidades a Barberena entre noviembre y diciembre del 2020.
COMPLEJO
El complejo Vargas Llosa está compuesto de dos librerías, una de ellas (la más antigua) lleva el nombre de Biblioteca Regional Mario Vargas Llosa, que es donde estaban los textos robados y cuyo valor se estima en 3,819 soles. El segundo local es la Biblioteca Mario Vargas Llosa y que es donde se alberga 23,500 textos de la colección privada del escritor arequipeño. Ambos locales están uno junto al otro y son regentados por el mismo personal y aunque el Gobierno Regional de Arequipa se empeñe en señalar que no hubo afectación a la donación del Premio Nobel de Literatura, lo cierto es que la seguridad del recinto fue vulnerada y que no se adoptaron las medidas necesarias para corregir la falta y, peor, aún, para investigar lo sucedido, como lo advierte el consejero Hancco.
El robo puso al descubierto la falta de medidas de seguridad dentro y fuera de las bibliotecas, pues las cámaras de vigilancia en los locales no funcionan.
CUSTODIA
Desde España, Mario Vargas Llosa, el 2 de marzo en diálogo público con el historiador Mario Rommel Arde, exdirector del complejo cultural del GRA, pidió a la Región que permitiera la colaboración de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) en la custodia de la biblioteca y sus libros, haciendo uso de un derecho que quedó claramente fijado en el convenio de donación que data de 2012, cuando estaba como presidente regional Juan Manuel Guillén Benavides.
“Me quedé preocupado cuando esta noticia me llegó, no sabía que los libros habían sido robados, no de la biblioteca que lleva mi nombre, sino en el de la regional, es muy importante que la seguridad esté garantizada en ambas bibliotecas”, comentó el escritor peruano.
La UNSA respondió de inmediato al requerimiento del escritor enviando una carta al gobernador Elmer Cáceres pidiendo la custodia de las dos bibliotecas, mediante un convenio de cesión de uso, algo que el GRA no ha contemplado aún, pese a que la autoridad regional sostiene que no puede oponerse al pedido del escritor.
“No somos dueños de los libros y vamos a respetar lo que el escritor decida”, dijo Cáceres a la prensa el mismo día que Mario Vargas Llosa enviará una carta al rector de la UNSA Roel Sánchez apoyando su petición al GRA para conseguir la custodia de sus libros. “Imagino que el Gobierno Regional no formulará objeción alguna a este acto tan desinteresado”, escribió el nobel. La respuesta de la Región está pendiente, pero el gerente regional Augusto Palaco, ha señalado que “ceder los locales son palabras mayores”.
Universidad envió una carta al GRA
El 3 de marzo, el rector de la UNSA; Roel Sánchez, envió una carta al gobernador Elmer Cáceres Llica pidiendo la custodia de las bibliotecas asegurando que Oficina Universitaria de Promoción y Desarrollo Cultural custodiaría los ejemplares.
EL ESCRITOR CUMPLIRÁ SU PROMESA
No se detendrá la donación de Vargas Llosa
En 2017, Mario Vargas Llosa inauguró la biblioteca que lleva su nombre en una casona colonial de la calle San Francisco y que fue refaccionada por el Gobierno Regional para este fin en Arequipa.
A fines de 2018 llegaron los primeros 2,500 textos de su colección privada, dando inicio a una entrega progresiva que ya llega a los 23,500 ejemplares, pero la meta es alcanzar 40 mil, tal como lo aseguró el escritor a inicios de este mes en un diàlogo con el exdirector de las bibliotecas Mario Rommel Arce, en el ciclo de conferencias de Arequipeños del Bicentenario. “Aunque es triste desprenderse de estos libros, es muy grato saber que estos están en buenas manos, como las del director de esta biblioteca”, dijo Vargas Llosa cuando anunció las donaciones en 2012, al ver cómo la ciudad celebró su Premio Nobel. Vargas Llosa nació en Arequipa el 28 de marzo de 1936.