El narrador y escritor indigenista peruano José María Arguedas nació un día como hoy 18 de enero de 1911, considerado uno de los grandes representantes de la narrativa indigenista en el Perú, junto con Ciro Alegría y Manuel Scorza.
José María Arguedas Altamirano era amante de las letras y el arte, no por algo fue un escritor, poeta, traductor, profesor, antropólogo y etnólogo peruano. Fue autor de novelas y cuentos que lo han llevado a ser considerado como uno de los tres grandes representantes de la narrativa indigenista en el Perú, junto con Ciro Alegría y Manuel Scorza. Introdujo en la literatura indigenista una visión interior más rica e incisiva. La cuestión fundamental que se plantea en sus obras es la de un país dividido en dos culturas (la andina de origen quechua y la occidental, traída por los españoles), que deben integrarse en una relación armónica de carácter mestizo. Los grandes dilemas, angustias y esperanzas que ese proyecto plantea son el núcleo de su visión.
OBRAS
Perdido su trabajo en el Correo y lograda su Licenciatura de Literatura en San Marcos, Arguedas inició su carrera docente en el Colegio Nacional «Mateo Pumacahua» de Sicuani, en el departamento de Cuzco, como profesor de Castellano y Geografía y con el sueldo de 200 soles mensuales (1939-1941).
En 1941 publicóYawar fiesta, su tercer libro y primera novela a la vez. Entre octubre de 1941 y noviembre de 1942 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar en la reforma de los planes de estudios secundarios. Tras representar al profesorado peruano en elPrimer Congreso Indigenista Interamericano de Pátzcuaro(1942), reasumió su labor de profesor de castellano en los colegios nacionales «Alfonso Ugarte», «Nuestra Señora de Guadalupe» y «Mariano Melgar» de Lima. En esos años publicó también en la prensa muchos artículos de divulgación folclórica y etnográfica sobre el mundo andino.
DECESO
La depresión de Arguedas hizo crisis en 1966, llevándolo a un primer intento de suicidio por sobredosis de barbitúricos el 11 de abril de aquel año. Desde algunos años atrás, el escritor venía recibiendo múltiples tratamientos psiquiátricos, describiendo sus padecimientos en sus escritos, como la novela que dejó inconclusa llamada “El zorro de arriba y el zorro de abajo”.