El romance entre el atacante peruano Paolo Guerrero y la dirigencia del Flamengo empieza a llegar a su fin, debido a que, al igual que sucedió en otros equipos, el “Depredador” no es capaz de controlar su carácter irascible, defecto que le ha generado problemas con los árbitros del Brasileirao.
SANCIONES. En los seis partidos que Guerrero ha jugado por Flamengo, el peruano ha recibido tres tarjetas amarillas, amonestaciones que no se han dado por las faltas cometidas por el goleador, sino por los constantes reclamos que Guerrero suele hacer a los jueces.
Incluso, antes del partido frente a Ponte Preta, en que Flamengo cayó 1-0, el jugador recibió la advertencia de evitar algún cruce de palabras con el réferi, pedido que fue ignorado por el delantero, quien exigió al hombre de negro cobrar una falta a favor del Flamengo. El reclamo molestó al juez, quien no dudó en amonestar a Guerrero con la tarjeta amarilla.
Tras esta sanción, Paolo tendrá una fecha de suspensión y no jugará frente a Atlético Paranaense en la fecha 18 del Brasileirao.
PREOCUPADO. El entrenador del Flamengo, Cristobao Borges, ha mostrado su preocupación por la conducta del peruano. “Hemos hablado con Paolo. Le explicamos que aquí el arbitraje es estricto con las quejas, pero Guerrero se enfada mucho en la cancha”, dijo festó el estratega.
Luego de este castigo, la dirigencia del equipo de Río de Janeiro también ha expresado su malestar, debido a que Guerrero no solo se perderá el choque ante Atlético Paranaense, sino también los cotejos frente a Avai y Cruzeiro.
El “Depredador” no estará en estos partidos porque debe atender la convocatoria de la selección que en setiembre jugará dos amistosos.
Sanciones
En Corinthians, Guerrero tuvo el mismo problema y fue considerado uno de los más violentos del torneo.