Unos insectos construidos con residuos tecnológicos, un robot que sobrevive en los ríos contaminados y un organismo electrónico diseñado para mejorar la calidad del agua son obras creadas por Gilberto Esparza durante la última década. Haciendo uso de la biología, la ingeniería y la robótica, el artista mexicano ha desarrollado estos prototipos de vida artificial con el objetivo de generar conciencia sobre el cuidado ambiental.
¿Siempre tuviste la idea de elaborar este tipo de obras artísticas?
No tenía la idea clara, pero siempre me gustó trabajar con materiales y técnicas distintas. Por eso, cuando estudiaba artes plásticas en la Universidad de Guanajuato (México) formé con mis amigos un colectivo de experimentación. Hicimos varios proyectos.
¿En qué momento conectas el arte con campos de estudio como la biología o la robótica?
Es borroso el camino. Mi primer proyecto denominado “Parásitos Urbanos” me acercó a ingenieros y programadores. Esto debido a que tiene como base la tecnología. Luego, cuando realicé “Plantas Nómadas”, mi segundo proyecto, trabajé con biólogos e investigadores.
Tus proyectos requieren una profunda investigación...
Sí. Por eso me demandan bastante tiempo. En el camino voy descubriendo muchas cosas y eso aumenta la complejidad de los proyectos.
¿“Parásitos Urbanos” fue producto de la contaminación tecnológica?
Sí. Actualmente, cada cuatro o cinco meses la gente cambia de celulares porque salen nuevas versiones. Esta especie de obsoletismo programado genera una creciente acumulación de residuos tecnológicos que terminan en el mar. Ante este fenómeno, empecé a crear con estos desechos varias especies de parásitos robots, las cuales se alimentan de energía y sobreviven en entornos urbanos.
¿Qué tratas de plasmar con estos parásitos?
Trato de dar a conocer el problema de los residuos. Además, al insertar estos bichos en las ciudades, intento conocer la reacción de la gente frente al desplazamiento que realizan y los sonidos que emiten.
¿Cómo surge la idea de realizar “Plantas Nómadas”?
A partir de otra problemática ambiental: la contaminación del agua. Las cuencas de los ríos, los arroyos y el mar se usan como vehículos para sacar todos los desechos de la ciudad sin considerar el impacto negativo. Dado ello, diseñé un robot para reflexionar sobre este tema.
¿Qué caracteriza a este robot?
Este robot, que sobrevive en las riberas de los ríos, tiene en su interior plantas y bacterias. Su diseño le permite desplazarse y buscar agua contaminada. Al encontrarla, la absorbe y la almacena en celdas microbianas. Allí, los desechos orgánicos y las sustancias tóxicas del agua se biodegradan. Este proceso genera electricidad que le da vida al robot. Finalmente, queda agua de mejor calidad, la cual es consumida por las plantas que crecen al interior.
¿En qué consiste tu último proyecto denominado “Plantas autofotosintéticas”?
Este es un organismo electrónico que se alimenta de aguas residuales y transforma los desechos orgánicos en luz. Esta energía baña a un núcleo compuesto de plantas acuáticas, las cuales realizan la fotosíntesis sin necesidad de estar en un espacio abierto. El proceso también genera agua de mejor calidad.
¿Estas aguas residuales de dónde provienen?
De Lima. Hicimos un recorrido por toda la ciudad y pudimos observar que el agua del río Chillón es la más contaminada.
La exposición “Cultivos”, que se realiza en el Espacio de la Fundación Telefónica, reúne tus tres proyectos artísticos. ¿Qué quieres lograr con esta muestra?
Quiero que la gente empiece a reflexionar sobre el cuidado ambiental y cambie sus actitudes frente a este tema. Afortunadamente, las nuevas generaciones están siendo más conscientes.
Dato. Los próximos proyectos de Gilberto están relacionados con el arte electrónico y sonoro