Daniel Escalante, gerente de SAMMI Clúster Minero Andino, una iniciativa impulsada por CAF, el Banco de Desarrollo de América Latina y la Cámara de comercio e Industria de Arequipa, explica cómo es posible lograr una minería más sostenible e innovadora en el país.
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¿A qué responde la creación de esta iniciativa, cómo se ha venido generando o se busca impulsar un ecosistema de innovación y de emprendimiento? Esta iniciativa, en la que nos acompañan como mineras socias Hudbay, Southern Copper, Anglo American y Cerro Verde tiene, tiene como propósito promover una nueva minería, que sea innovadora, inclusiva y sostenible, y que impulse el desarrollo del Perú. La visión que compartimos es transformar a la minería peruana en orgullo nacional y referente mundial, que se desarrolle en armonía con las comunidades y el medio ambiente, como catalizadora de innovación tecnológica, a partir de un sector de proveedores de clase mundial, siendo este el principal motor de desarrollo y prosperidad de todos los peruanos. Promovemos la articulación y el trabajo colaborativo entre los principales actores del ecosistema regional y nacional, para crear valor compartido, desarrollar proveedores con mayores capacidades de innovación, exportación, y potenciar la competitividad del sector en su conjunto.
Desde el trabajo que se viene realizando en SAMMI Clúster Minero Andino, ¿qué desafíos y oportunidades para la generación del crecimiento económico inclusivo y la generación de bienestar de los ciudadanos de la región se vienen desarrollando? Hemos encontrado una oportunidad importante, explicada en los aportes al PBI nacional. En el caso de Perú hasta 2019, el aporte de las mineras al PBI estaba alrededor del 11%, mientras que el aporte de los proveedores mineros al PBI estaba alrededor del 3%. Ahora comparando con países mineros referentes, como Australia y Chile, encontramos aportes al PBI de parte de las operaciones mineras, en el orden de 9% y 10% respectivamente. La gran diferencia radica en el aporte de sus proveedores mineros a la economía, alcanzando valores del 6 y hasta 7% en el caso de Chile. Esta es la gran oportunidad que encontramos y es fortalecer a los proveedores regionales, con miras a un desarrollo sostenible, para alcanzar aportes importantes al PBI nacional. Todo este ejercicio corresponde hasta 2019, si nos proyectamos hasta 2050, considerando la cartera de proyectos mineros que deberían ejecutarse, y trabajando en el desarrollo sostenible con los proveedores mineros, el aporte de los mismos debería duplicarse, inclusive alcanzar valores cercanos al 7%.
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Teniendo en cuenta la agitada coyuntura social y política que viene experimentando el país, ¿es posible promover una minería que no afecte a la población y su modo de vida; cómo prevenir los conflictos sociales? Como iniciativa privada no es un tema que abordemos o emitamos opinión, pero en este caso, sí se hace imperativo. Innegablemente la ausencia o la poca capacidad de respuesta del Estado es el factor predominante en el desarrollo y consecución de los diferentes conflictos sociales que existen actualmente en nuestro país, cerca de 200 conflictos entre activos y latentes. Como SAMMI, entendemos que debería existir una estrategia que se encuentre por encima de las individuales y debería estar basada en la creación de valor compartido, que son políticas y prácticas que trabajan de manera conjunta la competitividad de la empresa y las mejoras en las condiciones económicas y sociales de las comunidades en el área de influencia.
¿Existen ejemplos a nivel mundial de la implementación de valor compartido en la minería que podríamos emular en el Perú? Los aprendizajes más valiosos que hemos podido reconocer son (1) establecer una agenda de trabajo a largo plazo, iniciativas como la conformación de un clúster debe tener un horizonte superior a los 20 años; (2) incluir en todas las actividades a la academia y estado, el trabajo de articulación es en este aspecto es importante; y (3) fijar a la colaboración como actividad transversal para todos los actores del ecosistema. Sin una colaboración real de parte de todos los actores del ecosistema, la madurez del ecosistema se hace inviable.