Aida Condori Aroquipa tiene 40 años y hace una década ha sido el único sustento de sus dos hijos ya que su pareja dejó el hogar y nunca le dio ningún tipo de apoyo. Siempre se buscó la vida de un trabajo a otro, pero el momento más duro que tuvo que enfrentar fue el año pasado cuando por la pandemia se quedó sin trabajo porque era repartidora de los locales de Cuna Más.

“No había donde trabajar porque todo estaba cerrando así que solo me quedo vender pan para sobrevivir y recién este año me hablaron de la Asociación de Recicladores de Yura que necesitaba una persona que maneje la moto y me animé a unirme al grupo”, nos cuenta mientras acomoda las bolsas de residuos en su pequeña unidad vehicular.

Las ganancias no son fijas, todo depende de la cantidad de residuos reciclables que junten. En el distrito son 2 mil viviendas que participan del programa de segregación, pero no siempre tienen las mismas cantidades.

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“Todo lo que se junta se vende y luego se reparte entre todos los socios. Un buen mes ganamos unos 900 soles cada uno, otros es menos; pero ya es dinero para la casa. Mis hijos también ayudan porque trabajan con una señora vendiendo desayunos en las mañanas, pero no me quejo de ellos porque uno ya esta estudiando veterinaria y el otro va postular a la universidad”, nos dice sonriendo.

Concientiza a los pobladores

Su día de trabajo inicia a las 5:30 horas con la revisión de su moto carga, luego hace el recorrido de acuerdo a un cronograma que maneja para llegar a todos los puntos, no todo es fácil porque varias veces tiene que ser tolerante con las personas que hacen un mal uso de las bolsas de reciclaje y lo juntan con residuos orgánicos, otros ya no quieren seguir participando; pero su entusiasmo es el combustible para seguir trabajando.

“Sería lindo que todos reciclen para evitar la contaminación con tanta basura de la cual una parte se puede usar para otras cosas. Las personas no se dan cuenta que debemos cuidar el planeta. Espero que cambien esa forma de pensar”, comentó.

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Como mujer luchadora lamentó que varias damas sean víctimas de violencia en sus hogares y considera que en lugar de aguantar tanto maltrato pueden vivir solas y sacar adelante a sus hijos como ella lo hizo. “Yo no estoy de acuerdo con eso por eso siempre les hablo a mis hijos, Alexander y Jean Paul, que deben respetar a las mujeres, pero ellos son buenos, por eso estoy tranquila”, acotó.

Trabajo coordinado con los colegios

El Programa de Alimentación Qali Warma también apoyo a esta asociación de recicladores, aunque con la ausencia de estudiantes en los colegios hay menos cantidad de residuos.

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Este año junto a la comuna local realizan campañas donde los padres de familia traen de sus casas los residuos reciclables los días que se hacen las entregas de alimentos y de esa manera juntan una mayor cantidad.

Para que se haga una buena separación de los desechos los monitores de gestión de Qali Warma han realizado capacitaciones virtuales a fin que sepan todo lo que puede reutilizarse.

Este es un ejemplo donde se puede ver que la unión de esfuerzos permiten que las familias más necesitadas puedan tener sustento para sus familias solo juntando residuos.