El hospital Honorio Delgado Espinoza tenía 32 camas habilitadas con ventiladores mecánicas (20 en la Unidad de Cuidados Intensivos y 12 de Trauma Shock) para atender a los pacientes con cuadros graves de la COVID-19; sin embargo, desde hace una semana, la atención se ha reducido a 27 camas y no necesariamente se debe a la disminución drástica de los contagios.
El director médico del hospital, Anthony Tohalino, sostuvo que se vieron obligados a cerrar cinco camas de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) por la renuncia de la misma cantidad de médicos, algunos de ellos especialistas. Explicó que, entre las razones del desistimiento de los galenos, están las mejores ofertas laborales recibidas de otras entidades y al cansancio por la continua labor desarrollada durante los últimos meses.
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“Vamos a hacer lo necesario para reemplazarlos en la brevedad posible, hay una emergencista que quiere trabajar en el hospital”, dijo.
En la actualidad, las 27 camas están ocupadas con enfermos graves de la COVID-19 y seis personas esperan ingresar a una, la marcha de los especialistas no solo los ha afectado sino también el reinicio de la atención de pacientes no COVID en la antigua emergencia que fue entregada en marzo por el Gobierno Regional de Arequipa (GRA).
Según el director médico, se planeó que la atención mixta debe retomarse este mes con personal y equipos antiguos, pero también se requiere poner en funcionamiento al menos dos camas tipo UCI para cualquier eventualidad.
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Otro aspecto que resulta una traba para poner en funcionamiento la antigua emergencia es la falta de un transformador eléctrico que evite poner en riesgo los equipos por una baja de energía, el GRA debía comprarlo y no se sabe cuándo lo entregará.
“De habilitarla, sería una atención gradual y no complicadas, si vuelve el incremento de los casos COVID la suspenderíamos”, dijo.