En Arequipa, al igual que en el resto del país, se destacó el uso de la bicicleta desde que la pandemia del coronavirus irrumpió en la vida de todos. Este vehículo alternativo, ecológico y personal fue utilizado por un sector de la población como solución para evitar el contagio al realizar las actividades diarias.

Ante la falta de un sistema de vías exclusivas para este medio de transporte en la Ciudad Blanca, el Gobierno impulsó con mayor celeridad la implementación de ciclovías. Este mes y tras más de un año de espera, la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA) comenzó la adecuación en 33.5 kilómetros que abarca 7 distritos y el Cercado de la ciudad. Sin embargo, la instalación se hace en medio de críticas de comerciantes y transportistas quienes advierten falta de planificación. Correo consultó con dos especialistas en transporte de la ciudad quienes coinciden en que la ciclovía ideal requiere de planificación especial y no generalizada.

Para Geoffrey Rivas, especialista en transporte, la principal deficiencia de Arequipa es que su estructura no tiene armonía, es decir, no todas las avenidas o calles son iguales. La ciudad se expandió sin un diseño o planificación urbana, cada vía es un caso particular y, por lo tanto, cada obra requerirá de una planificación especial.

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“Para hacer una ciclovía la ciudad necesita de un Plan de Acondicionamiento Territorial que no tiene y mucho menos un Plan de Movilidad Urbana. En este plan de movilidad existe un capítulo de movilidad urbana sostenible que es donde se prioriza: el ser humano, los ciclos o vías, el abastecimiento, el transporte masivo y al final el transporte privado. Pero vemos que no hay actualmente esa división de importancias”, observó.

Los errores en la implementación de ciclovías se iniciaron desde 2019. Rivas explicó que dicho año se establecieron ciclovías en las calles Jerusalén - San Juan de Dios, pero en el lado derecho de la calle. Al ser una ruta troncal del Sistema Integrado de Transportes los paraderos coinciden con la ciclovía causando malestar y riesgo para los ciclistas y conductores.

El especialista apuntó que en la obra en marcha se busca estandarizar las ciclovías sin tomar en cuenta que “el ancho recomendado para circular es variable, de acuerdo a la afluencia de ciclistas y el tipo de vía”. Por ejemplo, en las avenidas Alfonso Ugarte y Goyeneche, se está reduciendo en cinco el doble carril. “Pasan más de 1,500 unidades por hora es un crimen reducir las vías. En consecuencia, pueden generar accidentes en estas vías articuladoras”, advirtió.

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El consultor en transporte, Elvis Jump, sostiene que el proyecto no tendrá los resultados esperados debido a la falta de criterios de diseño de infraestructura. El último estudio que realizó la municipalidad de Arequipa sobre el uso de bicicleta se realizó durante pandemia. Se concluyó que, por cada 100 personas, 20 utilizaban bicicletas para desplazarse.

Hoy se desconoce la cifra, por ende, Jump sostuvo que tampoco se conoce que calles son las de mayor concurrencia por ciclistas. Rivas y Jump coinciden en que se necesita con urgencia ciclovías, por darle alternativas de desplazamiento a la población y reducir la contaminación ambiental, sin embargo, no se puede improvisar en su implementación para después de dos meses de pruebas se decida dar un paso atrás. “Se apuesta por una Arequipa humana, es tiempo de las personas. Pero con planificación”, precisó Rivas.