Con tres libros publicados en pandemia, Mauro Calle anima a los escritores más jóvenes a aprovechar los momentos que da la vida para cumplir sus sueños. Los suyos, desde pequeño, fueron contar historias y en esta entrevista nos relata cómo lo logró, aun contagiándose del COVID en dos ocasiones.
¿Cómo nació en ti la afición por la escritura?
Desde niño he tenido la inclinación por escribir, claro está que empecé por componer pequeños sonetos y sobre todo acrósticos, en la medida del transcurrir de los años, si bien no era una constante, nunca se apartó esa pasión hasta que, en un momento determinado, del cual no puedo precisar, decidí escribir una novela basada en mi infancia, la cual transcurrió en el pueblo de Cayma.
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¿Cuál fue el proceso para “Aquel niño que fui?
Dada mi inexperiencia en la actividad de escribir, consideré lo que tal vez cualquier persona con esta afición, podría empezar narrando experiencias propias y qué mejor las vividas en la infancia, sobre todo en la época escolar, resaltando por ejemplo el haberme “enamorado” de mi profesora, entre muchas otras anécdotas protagonizadas con la ingenuidad de un niño, por lo que, al tener mucho que contar, solo me avoqué a esa etapa de la vida, pensando que en el futuro podría continuar narrando otras vivencias.
En “La vieja Estela y sus cinco nueras” ¿Qué temas abordas?
En realidad, es un hecho de la vida real, cuya protagonista es mi única hermana, que hipotéticamente tiene cinco nueras de solo dos hijos. Lo particular de esta novela corta, es que se me ocurrió adaptarla a la época del descubrimiento de América, en el seno de una familia indígena de origen Taíno, antigua etnia del caribe, donde tanto sus costumbres como las características de sus personajes, significaban un dolor de cabeza para Estela, que, a pesar de sus tribulaciones, supo sacar adelante a su singular estirpe. Debo admitir que, en este proyecto, me incliné un poco por el realismo mágico de García Márquez, en especial de su obra cumbre “Cien años de Soledad”.
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Tu último libro se publica en pandemia ¿Cómo fue tu experiencia?
Sin ánimo de jactancia, los tres libros fueron publicados en pandemia, es decir que, en el lapso de un año, logré consolidar un esfuerzo bastante justificado cual es la pasión por escribir. Realizo actividades de trabajo como detective de la Policía Nacional y como abogado. Hasta en determinado momento tuve la adversidad de contagiarme con el COVID 19 en dos oportunidades, felizmente sin gravedad, pero que no fueron impedimento para concretar mis objetivos.
Has pertenecido al Policía de Investigaciones ¿Eso ha aportado a tu narrativa?
Indudablemente la experiencia adquirida en mi larga trayectoria policial como detective, me sirve para tener ideas claras respecto de difundir la cultura en nuestra sociedad, ofreciendo a los lectores desde el género de la novela, recobrar o en todo caso dar a conocer, el valor de las tradiciones y costumbres de Arequipa.
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¿Cuáles son tus próximos proyectos en literatura?
“Aquel niño que fui” y “A volar pájaros”, constituyen una trilogía, por lo tanto, vengo preparando la tercera parte, aún no he definido el título. Tal vez los sorprenda con la publicación de otra novela corta antes del tercer libro, tendrá por nombre “Ensayo sobre la pandemia”, el epígrafe lo dice todo.